Mi
abuela siempre ha narrado con mucho entusiasmo el miedo que pasó en el cine con
“El monstruo de la laguna negra”, la
primera película que vio en 3D. El problema es que eso fue hace más de
cincuenta años y aunque nos traten de vender el invento rodeándolo de cámaras
de última tecnología y Pocahontas azules el tema no ha evolucionado tanto como
les gustaría. El 3D es como la Duquesa de Alba, siempre intentan convencernos
de que la mujer que vemos en la televisión bailando sevillanas y viendo los
toros no es la misma persona que pintó Goya a finales del XVIII, pero eso no se
lo cree nadie.
Cartel promocional de "La cueva de los sueños olvidados" Fuente: www.caveofforgottendreams.co.uk |
Pinturas de la cueva Chauvet Fuente: www.metmuseum.org |
Herzog
obtuvo el permiso pero con condiciones, solo entraría en la cueva con un grupo
reducido de técnicos que debían compartir tareas y le limitaron el número de
horas que podían estar dentro, al igual que los científicos tenían prohibido
salir de la estrecha pasarela que recorría la cueva porque destruirían las
huellas que dejaron sus últimos habitantes, personas y animales como el oso
cavernario, así como los huesos (aunque en este caso no había restos humanos).
Toda la cueva esta cubierta de depósitos minerales que le dan la apariencia de
un palacio de sal pero la gran protagonista de este documental son sus
pinturas. Los artistas anónimos que pintaron en sus paredes aprovechaban la
superficie irregular de la piedra para acentuar el volumen, los animales
aparecen corriendo, luchando…
incluso un desconocido con el meñique torcido dejó marcadas con pigmento rojo
sus manos por toda la cueva. La figuras de los caballos, rinocerontes, osos, renos,
bisontes, leones o hienas bajo la luz de los focos del equipo parecían cobrar
vida, tal vez sus autores tenían la misma sensación a la luz de las antorchas.
Lo que menos encontraréis en este documental son datos científicos porque lo
importante son las pinturas y la razón de su existencia. Uno de los arqueólogos
(y ex malabarista de circo) contaba una anécdota para ilustrar la necesidad de
ver estas pinturas con otros ojos y no a través de la mentalidad contemporánea.
La
relación del ser humano con el arte es tan antigua y estrecha como su relación
con la naturaleza, es cierto que la comida y el agua son indispensables para
vivir y que en una lista de cosas útiles y productivas la expresión artística
estaría a la cola, pero todos estos miles de años han demostrado que el hombre
necesita comunicarse y que ha empleado el arte como un medio para relacionarse estableciendo
un vínculo con lo que le rodea, por eso no entiendo como muchos defienden lo
inútiles que son las artes cuando resulta que el ser humano se ha pasado toda
su existencia creándolas, la economía en comparación es un bebé de tres semanas.
Me ha encantado el primer párrafo, en serio, digno de un dromedario que se cree camello, y el artículo en general, sobre todo en la iluminación, muy conseguida (comentario gafapastoril), pero no sé si yo (y muchos como yo o David Meca) me gastaría el dineral que vale la entrada en ver un documental que, bien es cierto, me llama, pero tal vez no lo suficiente. Espero poder retractarme de mis palabrejas (de abejas hihihihi, soy un lince del humor).
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