¿Puede una buena película estropearse por un mal detalle?
Bueno, todo depende, si es el doblaje de El Resplandor la respuesta es SIN
DUDA, si es una aparición de Nicolas Cage depende (¿Le matan de una manera
cruel? –Sí- entonces puede ser buena a pesar de todo, ¿Tiene un papel
dramático? –Sí- entonces no hay quien salve esa basura). Todo esto viene a
colación de la última película de Bruce Willis, mejor dicho, la última película
de Joseph Gordon-Levitt, porque yo por una de Bruce Willis no pago 10 euros.
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Vamos a ver, por puntos, lo primero no se puede jugar así
con la ilusión de la gente. Lo digo totalmente en serio, las personas no somos tan idiotas como parecemos, recordemos que George Bush y
Belén Esteban, así como Justin Bieber, en este blog no son considerados…bueno,
lo voy a dejar ahí. La cosa es… llegas al cine mentalizado de que dos actores
que se parecen como un zapato a un rosario van a ser la misma persona y, de
verdad, pones toda tu buena fe en pensar que eso va a funcionar. Y al principio
lo hace, ya partes de esa premisa, pero, y lo digo en alta voz, ¿POR QUÉ? ¿POR
QUÉ? ¿POR QUÉ han decidido que era una buena idea hacer una transición
Gordon-Willis? Es lo más gitano que he visto en el cine “serio” en mucho
tiempo, ¡¡¡es peor que los calcetines PIUMA!!! Joder, que eso hay gente que se lo
traga, pero esto…ni Falete. Estoy muy cabreada, no puedes dirigir una película
multimillonaria y hacer que en tres años un personaje pase de tener una cara a
otra, así, sin explicación (al menos que le hubieran tirado ácido o algo).
Ahora, tal vez, no sintáis la ira pero cuando la veáis espero que sí, eso
significará que no estoy tan loca.
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Joseph Gordon-Levitt, que en realidad
es Bruce Willis con 30 años. |
En fin, pasando a otro tema. La trama es dinámica, el
argumento es original, los actores son bastante buenos pero… (y es que parece
que esta es la película de los peros) todo está sobrecargado. Hablamos del
futuro, todo parece comedido y eso es algo que me fascino bastante. Estamos
hartos, (sí, hablo por vosotros), de futuros que deslumbran y están únicamente
para que quede muy guay. Pero, querido Rian Johnson, si decides no hacer el chorra poniendo
tonterías, no coloques una moto aerodeslizadora, es patético. Esto no es Regreso
al Futuro y nunca lo será, así que ¿por qué no te ciñes a un futuro tecnológico
sin cacharros que no se van a inventar y te ahorras que en cincuenta años se
rían de nosotros por una versión del futuro que es ridícula? Gracias.
El film es presentado como una película del futuro que no trata
del futuro y, sinceramente, creo que en eso estoy de acuerdo (Aleluya). La cuestión central es un tema serio y tiene toques de moralidad que pueden
llegar a plantear cuestiones en el espectador, si no fuese porque, a lo largo de
los minutos, la película se pone más y más rara. No paran de introducir
elementos nuevos y cuesta bastante concentrarse en qué es lo importante: Abarcar demasiado suele ser una mala idea en el ámbito cinematográfico, pero parece que nadie se da cuenta de ello. Al final, la película acaba haciendo aguas porque, como todos sabemos, jugar con el tiempo es algo peligroso y más si se pretende tocar todos los palos muy por encima. Oye, que ahora toca drama, pues Emily Blunt, que toca acción venga pium pium, ahora miedo para que la gente no se aburra y luego intriga, que no digan que somos frívolos...
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El verdadero Bruce Willis con 30 años. |
No quiero que la película parezca mala, no lo es, simplemente tiene fallos que pueden hacerte salir del cine pensando demasiado en detalles que deberían haber pasado desapercibidos. En contraposición a todos los errores, la mejor baza con la que puede contar esta cinta son los actores. Cada uno está
bastante cómodo con su papel y, por si alguien se lo pregunta, sí, a
Bruce Willis
le dejarán disparar y tener sus minutejos de acción,
Emily Blunt será extraña pero convincente y
Joseph Gordon-Levitt (con un nombre compuesto es más fácil triunfar)
es…es…simplemente es magnífico, no puede evitarlo. Además, los secundarios están
encabezados por dos hombres que me han encandilado,
Jeff Daniels, ya que con
The Newsroom ha demostrado que se puede conseguir una serie de calidad
sin que sea aburrida,
y Paul Dano, el adolescente “mudo” de
Pequeña Miss
Sunshine, cuyo personaje (bueno, no exactamente) tiene, en mi opinión, la escena más espectacular de la
película.
Esto se termina. Toda buena crítica debe acabar diciéndole
al lector si debe o no ir a ver la película, bien, esta no es una buena
crítica. La película es rara, el cine es caro, los actores son buenos y no sale
Nicolas Cage. Querido lector, yo, al contrario que el director de esta
película, cuento con que eres inteligente, así que decide por ti mismo.