Pepita: Mira lo que dice aquí: “Gente Menuda”
Juanito: ¿Y a mí qué me importa?
¿Qué has hecho con la bolsita de caramelos que…
Pepita: Es que “Gente Menuda” somos nosotros, los niños buenos y juiciosos.
Juanito: ¡Ah! Entonces me lo traen porque me he tomado
el aceite de hígado de bacalao sin rechistar.
Adorable,
tan adorable que seguramente estaréis buscando el ratón para poder cerrar esta
pestaña y seguir viendo porno. Lo sé, no es fácil creerme pero confiad en mi, aunque
parezca que voy a intentar captaros para que forméis parte de una secta muy
puritana, no es culpa mía que la inocencia de algunos de los escritos de “Gente Menuda” provoquen retortijones al
público del siglo XXI y, de todas formas, son sus ilustraciones e historietas
las protagonistas de la exposición, sino fuera así yo sería la primera que saldría
huyendo. El Museo ABC desempolva algunos originales de la publicación y de la
mano de Felipe Hernández Cava organiza “Gente
Menuda: Dibujos para un gran suplemento infantil”.
Cartel de la exposición |
En
1891 apareció el primer número de “Blanco
y Negro”, una revista ilustrada bastante costosa que solo podían permitirse
las clases altas y medias de una sociedad con un analfabetismo del 70%, este
dato es útil para entender porque los niños que aparecían en sus páginas parecían
pasteles de crema con rizos, bordados y trajes de marinerito. “Gente Menuda” comenzó siendo una
sección dentro de esta publicación, en 1905 pasó a formar parte del nuevo
diario ABC y en 1907 por fin se convirtió en un suplemento. Finalmente
desaparece el 27 de diciembre de 1914 debido a las divisiones en la prensa
provocadas por la Primera Guerra Mundial, las dificultades para obtener papel y
la disminución de la publicidad.
De
esta primera etapa vemos en la exposición los detallados dibujos de animales y
entornos naturales de Santiago Regidor (solo le hacía falta carboncillo y lápiz
para liarla parda), las ilustraciones a tinta de Francisco Sancha y las
sencillas historietas de Xaudaró, Ramón Cilla y Atiza, en el caso de los dos
últimos siempre se acompañaban las viñetas con unas líneas debajo que
describían todo y que no hacían falta, pero ya sabemos que en esos tiempos el
prestigio de la palabra pesaba.
La
publicación volvería a surgir de 1928 a 1936, el período dorado donde se reflejaría
la fuerte influencia de las vanguardias. En la muestra vemos un pasillo con una
sucesión de portadas en las que aparecen el Conejo Roenueces, los niños Lita y
Lito o Don Oppas, todos ellos creaciones de Francisco López Rubio que tiene una
exposición centrada únicamente en él en el mismo edificio, llena de
curiosidades y la continuación perfecta de “Gente
Menuda”.
Algunas ilustraciones de Alonso y Sancha |
Lo
mejor son las ilustraciones que rodean la sala grande, nadie diría que se realizaron
en los años 30. Allí están los ya mencionados Sancha o Regidor pero aparecen
otros geniales como K-Hito, Azpiri, Antonio Barbero, Félix Alonso, A.T.C., Carlos
Tauler, Hidalgo de Caviedes, Bartolozzi… mierda, seguro que me dejo alguno. La
selección que han realizado los organizadores es perfecta, han sido capaces de
escoger entre gran cantidad de material las muestras más representativas y lo
han hecho pensando en el público de hoy, es decir, personas que no tenemos ni idea
de lo que es “Gente Menuda” ni
conocíamos a todos esos artistas. Es curioso que Celia, su personaje más
famoso, sea el que peor ha aguantado el paso del tiempo, al menos esa es la
sensación que tengo al ver sus páginas rodeadas por ilustraciones e historietas
de la misma época.
Supongo
que debería avisar a los futuros visitantes de que posiblemente haya niños en
la sala; niños ruidosos, alegres y con muchas ganas de corretear por todas
partes. Si odias a estos pequeños seres te aconsejo que no vayas un fin de
semana pero no puedo asegurar que de lunes a viernes no te topes con alguna excursión
escolar.
Sala central de "Gente Menuda" |
Podréis
ver la exposición de “Gente Menuda”
hasta el 3 de marzo pero la de Francisco López Rubio es solo hasta el 20 de
enero. La entrada de las dos es gratuita y aunque la exposición sobre el legado
de la Duquesa de Alba ha recibido mucha más atención por parte de la prensa me
parece que me quedo con esta porque es divertida, imaginativa, rescata parte del
pasado de la historieta y la ilustración española y, Señora Duquesa, la entrada
no cuesta diez euros.