Hay muchos métodos para ver el Museo del
Prado. Si eres un turista con tantas cosas que hacer que no te alcanza el
tiempo ni para respirar, lo mejor es dejarse aconsejar por el museo con los
itinerarios preparados para ver las obras más importantes en una, dos o tres
horas de visita, dependerá en gran medida de su estado de forma física. También
se puede ir con un guía, ordas que recuerdan tanto a las excursiones escolares
o del Imserso. Si vienes al museo con niños alquila la guía que parece un Walkie-talkie y, que en realidad, solo
existe para mantenerlos entretenidos buscando los números de los cuadros por
todo el edificio. Pero de todos los métodos el peor con diferencia consiste en
ver el museo entero de una sola vez, es el equivalente a correr una maratón sin
agua para refrescarse y solo conseguirás que se te derritan los ojos de tanto
uso. Al final no sabes si Goya pintó La
Virgen devorando a sus hijos o si el retrato de Carlos V de Tiziano es una
tríptico con criaturas salidas del infierno.
El museo está dividido en plantas y salas, hasta te lo marcan con
distintos colores en el mapa, a mi eso me parece una indirecta. Lo recomendable
para la salud es ver el museo en varios días, en el orden que sea pero con calma,
nadie se va a llevar los cuadros, estarán esperándote en tu próxima visita. Te
propongo ver la pintura flamenca y alemana, tal vez otro momento para la
pintura española de los siglos XII-XVI y otro día para Goya y la pintura y
escultura española del XIX, etc.
El dinero no es excusa porque hay horas y días en los que la entrada
es gratis (de lunes a sábado de 18.00 a 20.00h/ domingos y festivos
de 17.00 a 19.00h/ el 19 de noviembre y el 18 de mayo), aquellos que tengan el carnet joven, sean miembros de familia
numerosa o mayores de 65 años pagan la mitad y si eres menor de 18 años,
estudiante de entre 18 y 25 o estás en situación oficial de desempleo no pagas
nada. Pero no seas tacaño, al menos cómprate una postal, un llavero o un
sacacorchos de Las Meninas.
Si has llegado a este blog buscando consejos del tipo “50 frases para impresionar en el Museo del
Prado” te has equivocado de sitio, pero ya que has leído hasta aquí te daré
algunas frases sueltas con las que podrías quedar bien si te acompaña una ameba,
aunque si quieres saber mi opinión lo mejor que se puede hacer es cerrar la
boca y disfrutar. Hay cosas que si se dicen con la pose adecuada causan
sensación, por ejemplo, el arte religioso
de Fra Angelico buscaba representar las escenas con la máxima belleza posible
sin pretender exprimir las posibilidades de la perspectiva, a diferencia de otros
pintores del renacimiento como Brunelleschi, Massaccio o Mantegna. También
puedes decir que Botticelli pretendía
acercarse a la naturaleza con obras armoniosas, etéreas, llenas de rostros
bellos y ropas ligeras. Que nuestro colega Rafael destaca al mostrar el volumen de los cuerpos y el equilibrio en la
composición. El gran Goya y sus
retratos de la corte que no pretendían alagar a nadie o esos aguafuertes que
rompían con la tradición bla, bla, bla, bla.
Para más información acude a Wikipedia o a la biblioteca más
cercana, pero si no quieres complicarte la vida échale un vistazo a la web oficial del museo.
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