“Bua, alguien ha escrito de política en el blog”, “¿Política
en un blog de cultura? ¿¿¿¿¿¿PERO ESTO QUÉ ES???????”,”Palabrejas de abejas, tú
antes molabas”. Supongo que alguna de estas reacciones habrá sido la tuya al
ver el título de este post y deducir que tratará sobre política. Error. El
propósito de esta entrada es hablar sobre un dilema que ha perseguido, persigue
y perseguirá a la música hasta el fin de
sus días. Tampoco te pienses que queda mucho para eso, pues si seguimos las
predicciones de unos seres que iban todo el día en calzones (con esta
descripción cualquiera no se fía de ellos) el chiringuito se cierra en
diciembre. Chiringuito en diciembre, con qué maestría relaciono temas tan opuestos.
Bueno, a lo que iba. En la música hay dos frases temibles que todo fan de un
grupo o solista no quiere oír. La primera es evidente, “me tomo/nos tomamos un
descanso”. Si esta frase la dice Ross Geller pues tiene gracia, pero solo si la
dice él. Tomarse un descanso en sinónimo de período de inactividad, por lo que
el fan tendrá que ir a IKEA a por una silla (que no a por las
suecaaaaaaaaaaas), montarla y esperar sentado en ella a que su grupo/artista
preferido saque un nuevo disco.
En Suecia no decimos "a por las suecaaaas" porque todas lo somos. Aquí decimos "a por ellaaaaaas". Jijijijijijijiji soy rubia |
Pero lo peor no es el tiempo de espera sino las
ideas que pasan por la cabeza de los artistas. Puede ocurrir que el nuevo disco
siga con el estilo de los anteriores, que sería lo normal, o por el contrario
que el nuevo trabajo tenga un aire… dejémoslo en diferente. Mal asunto si se
trata de esto último porque la música nos ha demostrado en múltiples ocasiones
que cualquier cambio de estilo es igual a un pedazo de mierda del tamaño de
(chúpate esa) Milwaukee. Y nosotros, inocentes humanos, iremos raudos y veloces
a descargarnos los nuevos temas a pesar de que los propios artistas ya nos
habían avisado previamente de que las canciones estrenadas iban a ser…eh…como
decirlo de forma suave….ah sí, MALAS!!!!! ¿Y cómo nos lo advirtieron
exactamente? Muy sencillo, el procedimiento es el siguiente. El cantante o
grupo en cuestión concede una entrevista a un medio de nivel o a la Rolling
Stone y ante la típica pregunta ¿qué diferencia hay en este disco respecto a
los anteriores? el artista soltará la siguiente perla, segunda frase más temida
de un músico: “bueno, es un disco más íntimo, experimental. A los fans al
principio les sorprenderá un poco pero acabará gustando” Cágate lorito. ¿Íntimo?
¿Experimental? Yo creo que íntimo y experimental
son eufemismos de “joder, este disco es infumable pero si utilizo estas
palabras llamaré la atención de algún gafapasta y caerá en la trampa.
Muajajajajajaja soy supermalvado, nena”.
Yo, conservador musical, prefiero que mi grupo favorito haga
siempre el mismo tipo de música. Renuncio al factor sorpresa pero me ahorro
decepciones, la peor de las sensaciones. ¡¡¡Anda si rima!!! Pero parece que la
gente no lo tiene tan claro y critica ambas posturas. Como mi terreno es el
rock y el metal pondré un ejemplo al respecto. AC/DC ha hecho 14 discos de
estudio y todos con un sonido similar, y las críticas al respecto han sido feroces.
Aún así, a pesar de repetir su fórmula una y mil veces se ha convertido en la
mejor banda de la historia, no ya solo del rock, sino en general. ¿No estás de
acuerdo? Pues lo siento, el post es mío y pongo lo que me da la gana. En el
lado opuesto tenemos a Metallica, los “vendidos” del metal, un grupo criticado
y alabado a partes iguales que si ya en 1991 nos sorprendió con un metal más
comercial, en 1996 directamente abandonaron el metal. Decidieron que ya era
hora de cuidarse el pelo (de hecho se lo cortaron), echarse desodorante en
los sobacos y abandonar las vestimentas oscuras en favor de las camisas
hawaianas. Y a pesar de estos cambios son la banda de metal más famosa y rica
(que para eso esto es un negocio) de la historia.
Con este ejemplo quiero decir que si cambias de sonido te lloverán
palos y si haces siempre el mismo tipo de música también. Moraleja: hagas
lo que hagas ponte paraguas. Y si esto no te gusta pues siempre puedes seguir
el ejemplo de Dover, que pasó de hacer grunge a…eh…eh…cosas, pasó a hacer otras
cosas y va diciendo a artistas noveles que siempre sean fieles a su estilo. En
fin, menos mal que el diablo sabe lo que quiero.