jueves, 14 de junio de 2012

Progresistas, conservadores y el quejarse por quejarse


“Bua, alguien ha escrito de política en el blog”, “¿Política en un blog de cultura? ¿¿¿¿¿¿PERO ESTO QUÉ ES???????”,”Palabrejas de abejas, tú antes molabas”. Supongo que alguna de estas reacciones habrá sido la tuya al ver el título de este post y deducir que tratará sobre política. Error. El propósito de esta entrada es hablar sobre un dilema que ha perseguido, persigue y perseguirá  a la música hasta el fin de sus días. Tampoco te pienses que queda mucho para eso, pues si seguimos las predicciones de unos seres que iban todo el día en calzones (con esta descripción cualquiera no se fía de ellos) el chiringuito se cierra en diciembre. Chiringuito en diciembre, con qué maestría relaciono temas tan opuestos. Bueno, a lo que iba. En la música hay dos frases temibles que todo fan de un grupo o solista no quiere oír. La primera es evidente, “me tomo/nos tomamos un descanso”. Si esta frase la dice Ross Geller pues tiene gracia, pero solo si la dice él. Tomarse un descanso en sinónimo de período de inactividad, por lo que el fan tendrá que ir a IKEA a por una silla (que no a por las suecaaaaaaaaaaas), montarla y esperar sentado en ella a que su grupo/artista preferido saque un nuevo disco. 

En Suecia no decimos "a por las suecaaaas" porque todas lo somos.
 Aquí decimos "a por ellaaaaaas". Jijijijijijijiji soy rubia

Pero lo peor no es el tiempo de espera sino las ideas que pasan por la cabeza de los artistas. Puede ocurrir que el nuevo disco siga con el estilo de los anteriores, que sería lo normal, o por el contrario que el nuevo trabajo tenga un aire… dejémoslo en diferente. Mal asunto si se trata de esto último porque la música nos ha demostrado en múltiples ocasiones que cualquier cambio de estilo es igual a un pedazo de mierda del tamaño de (chúpate esa) Milwaukee. Y nosotros, inocentes humanos, iremos raudos y veloces a descargarnos los nuevos temas a pesar de que los propios artistas ya nos habían avisado previamente de que las canciones estrenadas iban a ser…eh…como decirlo de forma suave….ah sí, MALAS!!!!! ¿Y cómo nos lo advirtieron exactamente? Muy sencillo, el procedimiento es el siguiente. El cantante o grupo en cuestión concede una entrevista a un medio de nivel o a la Rolling Stone y ante la típica pregunta ¿qué diferencia hay en este disco respecto a los anteriores? el artista soltará la siguiente perla, segunda frase más temida de un músico: “bueno, es un disco más íntimo, experimental. A los fans al principio les sorprenderá un poco pero acabará gustando” Cágate lorito. ¿Íntimo? ¿Experimental? Yo creo que íntimo y experimental son eufemismos de “joder, este disco es infumable pero si utilizo estas palabras llamaré la atención de algún gafapasta y caerá en la trampa. Muajajajajajaja soy supermalvado, nena”.

Yo, conservador musical, prefiero que mi grupo favorito haga siempre el mismo tipo de música. Renuncio al factor sorpresa pero me ahorro decepciones, la peor de las sensaciones. ¡¡¡Anda si rima!!! Pero parece que la gente no lo tiene tan claro y critica ambas posturas. Como mi terreno es el rock y el metal pondré un ejemplo al respecto. AC/DC ha hecho 14 discos de estudio y todos con un sonido similar, y las críticas al respecto han sido feroces. Aún así, a pesar de repetir su fórmula una y mil veces se ha convertido en la mejor banda de la historia, no ya solo del rock, sino en general. ¿No estás de acuerdo? Pues lo siento, el post es mío y pongo lo que me da la gana. En el lado opuesto tenemos a Metallica, los “vendidos” del metal, un grupo criticado y alabado a partes iguales que si ya en 1991 nos sorprendió con un metal más comercial, en 1996 directamente abandonaron el metal. Decidieron que ya era hora de cuidarse el pelo (de hecho se lo cortaron), echarse desodorante en los sobacos y abandonar las vestimentas oscuras en favor de las camisas hawaianas. Y a pesar de estos cambios son la banda de metal más famosa y rica (que para eso esto es un negocio) de la historia.

Con este ejemplo quiero decir que si cambias de sonido te lloverán palos y si haces siempre el mismo tipo de música también. Moraleja: hagas lo que hagas ponte paraguas. Y si esto no te gusta pues siempre puedes seguir el ejemplo de Dover, que pasó de hacer grunge a…eh…eh…cosas, pasó a hacer otras cosas y va diciendo a artistas noveles que siempre sean fieles a su estilo. En fin, menos mal que el diablo sabe lo que quiero.


miércoles, 13 de junio de 2012

No hay título porque el metro se ha retrasado

-Bueno, bueno, bueno, ¿de qué hablamos hoy Grenouille?

+No sé, tú dirás.

-¿Qué te parece de la Eurocopa, así de primeras? Además, que ahora no pasa nada si dices que eres español y lo cantas como si te fueran a robar las cuerdas vocales, si pones tu bandera en la ventana como si el resto del año no fueras español sino neozelandés del norte (los del sur son algo más cochambrosos en esos términos), si pasas las páginas naranjas de los periódicos (las económicas queridos Adam Smith  en potencia) sólo para ver cómo quedó ayer el Dinamarca vs. Portugal, un partido de un interés supremo que a buen seguro decidió quien de los dos países es la mayor potencia mundial actual. No pasa absolutamente nada, porque ahora sí que somos todos muy españoles y no nos importan temas como el paro, la sanidad y demás parafernalia que nuestros grandísimos políticos (de cualquier opción política) se encargan de mejorar día a día. Por que  ¿a quién le puede importar la educación de su hijo si LA ROJA levanta la Eurocopa? En España las prioridades son las prioridades...

Hola, soy Adam Smith, y NO estás leyendo esto con mi voz.


+Veo demasiado politiqueo aquí. Y este blog no tiene inclinación política, que lo sepas.

-Yo no hablo de inclinación. Aquí ya no tenemos ni balanza (símbolo de la justicia... ¡ups!), pero me estoy imaginando yo a los griegos si ganan la euro todos felices y sacando las banderas. Un poquito de por favor.

+Mira, yo esta temática no la veo para un blog, mejor hablamos de, yo que sé, los dromedarios que se creen camellos.

-Humm... ya sé! ¿Por qué no hablamos de la música en la actualidad?

+Broza.

-¿Del cine en 3D?

+Pasapalabra.

-¿Del nuevo disco de Supersubmarina?

+Oye, pues no es tan mala idea, ¿sabes?

-Por supuesto que lo sé.

+Bueno y,... ¿qué te pareció?

-Se les ve más seguros de lo que hacen. Han cogido unas melodías bastante rockeras, temas cercanos al amor o, en su defecto, al no amor y lo han plasmado en, yo creo, su mejor disco sin lugar a dudas.

+A ver, a mí a veces me chirría un poco que las letras sean tan, cómo decirlo,...

-¿Tan poco dadas a la subjetividad? Sí, es cierto, pero en ese aspecto son menos indie que por ejemplo Vetusta Morla. Son diferentes estilos. Pero en lo suyo son bastante buenos ¿eh?

+¿Qué es lo mejor del disco entonces?

-Que se acabe. Eso significa que lo has escuchado entero.

+Oye, pues a mí que me medio convencieron con aquel single 'Puta Vida', creo que me lo voy a pillar.

Al final nos comimos al cámara

-...

+...

-No hay que mezclar el tocino con la velocidad.

+Po no está bueno ni ná.

-¿Qué dices hippiycolgao?

+Nada, como nada de esta entrada tiene sentido, pues te proponía hablar del metro de Madrid, capaz de subir las tarifas y, en vez de dejarlo como estaba, que estaba precioso con sus guardias, su gente corriendo, sus escaleras mecánicas detenidas que no hay nada que me joda más, pues va y encima recorta trenes y tiempo. Es que los tienen cuadrados.

-Pues más te vas a cabrear cuando sepan que han puesto con ese dinero unos aspersores anti-incendio que no mojan a los pasajeros...

+¿Y al fuego sí? ¿Qué cojones tienen dentro, agua inteligente? ¿Un Blastoise?

-Prefiero no saberlo, como diría Belén Esteban.

+...

-...

+Te gustan los silencios incómodos ¿no?

-...

+...

-Es que estaba pensado que la hemos liado. Que hemos hablado de todo y no de lo que teníamos que hablar.

+Osteoputa, es verdad. ¡Las avestruces!

Tú siempre tan oportuno, Bruno

Y hasta aquí la entrada del blog de hoy. Tal vez penséis que es una caca, que tiene forma de caca, pero no os dejéis engañar: es realmente una caca.

Pedofilia, cocodrilos y escoceses sin falda

Tú no eres como los demás. Ellos sólo quieren saber cómo atraje, dominé, follé, maté y oculté. Pero tú estás absolutamente desesperado por conocer el porqué. Quieres que te cuente que me porculizó mi padre o el párroco o lo que sea. En tu mente de pigmeo siempre tiene que haber una causa y un efecto. Pero lo único que haces es proteger a otros peleles como tú, Lennox. No puedes admitir que el hombre sea un cazador, un depredador. La sociedad civil se fundó para proteger a los débiles y cobardes, da igual que sean pobres o ricos; de los fuertes y los virtuosos, de aquéllos que tienen el valor de convertir en realidad el destino de la especie y las agallas de coger lo que desean (...). Todos los cuerpos de policía de Reino Unido estuvieron buscándome durante cinco años sin tener ni puta idea de dónde estaba. Durante todo ese tiempo yo estuve presentando quejas en la comisaría local por vandalismo o por el ruido que hacen los pubs mientras vosotros hacíais lo imposible por ayudarme...

Tan perturbador fragmento pertenece a la novela Crimen, de Irvine Welsh, un autor escocés de bastante mal carácter cuyo primer trabajo, publicado en 1993 y titulado Trainspotting, le catapultó a una fama muy merecida y bien aprovechada, con varias y prolíficas novelas y algún que otro libro de relatos que, sólo por el título (Si te gustó la escuela te encantará el trabajo), tiene que estar muy bueno. Ah, y lo de mal carácter es probable que no sea más que una licencia literaria mía, influida por la combinación de la visceral agresividad y sesudo nihilismo que transmite su obra, y de la silueta de Willie, el simpático jardinero escocés de Los Simpson.

"J.D. Salinger es un jodido boyscout comparado conmigo"

   Sea como fuere, Crimen es un libro, apresúremonos a aseverar, muy chungo. Tanto por la temática por el modo en el que está escrito. La sinopsis (y no sipnosis, como creí que se pronunciaba durante diez embarazosos años) daría cita a policías corruptos, a drogadictos y a un montón de pederastas, con varios personajes que, de hecho, coinciden en todas estas facetas; y dibujaría un ambiente malsano y amenazador, el de la turbulenta Miami de El precio del poder y de Corrupción en, exacto, Miami. En resumidas cuentas, tenemos a un policía escocés llamado Ray Lennox que acaba de resolver un complicado caso de asesinato y pederastia en su tierra natal, un caso que, por ciertas reminiscencias a un horrible suceso de su pasado (y qué bien queda siempre soltar una frase de esta guisa, ¿eh?), le ha dejado bastante hecho polvo. El señor Lennox es ciertamente un encanto de persona, drogadicto, paranoico, de mal carácter, violento y, en definitiva, con más traumas que Sofia Coppola tras abandonar el instituto. También tiene, por endosarle más clavos a la cruz, como novia a Trudi Hayes, una chiquilla guapa y simpática que le irrita cada vez más. Con el beneplácito de los lectores a este respecto, porque la pobre llega a ser verdaderamente insoportable en muchas ocasiones, con sus Oh, no, Ray, vuelve a casa; ¿Qué estás haciendo, Ray?; Ray, ¿por qué ya no me miras cuando lo...?
   Pues bien, Lennox, sin darse mucha cuenta, se ha prometido con tal enervante ser, y está de vacaciones forzadas, mientras preparan la boda, en Miami, una ciudad agobiante y absurda cuya mayor atracción, aparte de la facilidad con la que se pilla farlopa, reside en un peculiar monumento a las víctimas del Holocausto ("¿y qué cojones tendrá que ver Miami con el Holocausto?", se pregunta acertadamente nuestro protagonista). Tras su enésima discusión con Trudi, Lennox se pone hasta el culo y se despierta al día siguiente en un piso que no conoce y viéndose en la descacharrante vicisitud de hacerse cargo de una niña de diez años llamada Tianna, a la que por una serie de circunstancias tendrá que llevar al otro lado del estado de Florida (Miami) en el menor tiempo posible. ¿Excusa para forjar una entrañable historia de amistad e inéditos vínculos paterno-filiales entre un huraño policía de buen corazón y una encantadora e inocente niña? Si estuviéramos en Hollywood, automáticamente, sí, pero Irvine Welsh es un tiparraco retorcido y en lugar de eso prefiere tejer un suspense inmejorable disponiendo que Lennox y Tianna (que por cierto de inocente tiene más bien poco) se vean perseguidos por una red de pedófilos que han secuestrado a la madre de la niña y planean hacer lo propio con ésta, con intenciones más lúbricas, claro. Por el camino, Lennox deberá enfrentarse a los fantasmas de su pasado e intentar reconstruir su vida marcada. Lo típico, sí, pero mejor que nunca.
   Irvine Welsh fue el causante indirecto de que Danny Boyle dirigiera Trainspotting, una de las mejores películas que me he echado nunca a la cara, y desconozco la medida en que su guión tomó prestados pasajes de la novela, pues no la he leído, pero este tipo, de cualquier modo, los tiene cuadrados. Crimen rezuma toda la energía y violencia de la que, Ewan McGreggor y Lou Reed mediante, hacía gala el film de Boyle, con unos diálogos rápidos y soeces, unos personajes del gris más oscuro y, sobre todo, un humor negro pasado de rosca sencillamente delicioso. Ver, si no, cuando aparece sin venir a cuento un cocodrilo gigante y hace estragos, o algunos diálogos bastante subidos de tono entre Lennox y Tianna.

El adorable cocodrilo de marras

   Además de toda esta energía que impulsa eficazmente la lectura (salvo en el bastante soporífero comienzo, que la historia tarda como doscientas páginas en despegar), Welsh consigue un logro muy importante en su caracterización de Ray Lennox. La mayor parte de la trama de Crimen (dividida en dos líneas narrativas, la del horrible pasado de Lennox y la de su atribulado presente) la observamos a través de sus ojos, y es con diferencia el personaje más trabajado y psicológicamente complejo, ganando que el lector empatice (que no simpatice, porque el tipo es, para qué nos vamos a engañar, bastante capullo) con él, y que sienta en carne viva sus golpes, sus resacas y sus paranoias. El andoba ve pederastas por todas partes, lo que se dice todas, y nosotros llegamos a sentir como nuestras sus neurosis y su tensión. Porque lo mejor del libro es eso, el genuino suspense que transmite, y es que es un no parar desde que los dos protagonistas se conocen (la niña está muy bien dibujada también, con pinceladas breves pero precisas) hasta la traca final, con tiros, hostias, sangre y más tacos, como estaba previsto. 
   Una gran novela policíaca, de ésas que aparte de estar bien escritas y conseguir enganchar (el logro máximo al que puede aspirar cualquier obra literaria) ilustran sobre temas incómodos de la actualidad, como es el caso de la pederastia, el abuso de menores, las drogas, la violencia en el deporte (sic) o incluso los trolls de Internet. Casi diría que se trata de un libro necesario, pero lo mismo es demasiado entretenido y divertido en su siniestro modo como para merecer tal consideración. Leedlo y punto. 

lunes, 11 de junio de 2012

Érase una vez un “ORTO”… que siempre ganaba en Francia


Nadal podría haber llegado a la final de Roland Garros sin sudar ni una gota, pero ya sabemos cómo es así que ha intentado mantener los ánimos calmados y no fliparse demasiado. Es cosa suya, pero yo era de la opinión de que en la casi segura final Djokovic / Nadal había perspectivas de que el español le diera una pequeña paliza al serbio, menos mal que no aposté todo mi dinero. El fútbol no es el único deporte imprevisible y Novak ha estado en su línea, dando guerra. Como es tradición en el torneo la final se jugó en domingo pero la lluvia (que también es un fijo en el abierto) hizo que aplazaran el partido hasta el lunes cuando iba 6-4, 6-3, 2-6 y en el cuarto set el serbio calentaba motores para una remontada con un 1-2. Suerte para Nadal porque rompía así la dinámica del número uno y aprovechaba para descansar unas horas que no vinieron nada mal si tenemos en cuenta que cerró el cuarto y último set con un 7-5 mejorando su saque, con pocos errores no forzados y un juego agresivo que le permite dejar por los suelos otro record más con siete Roland Garros.

Novak Djokovic y Rafael Nadal
Fuente: rolandgarros.com
El elemento de los españoles es la tierra, Almagro y Ferrer han hecho un buen torneo aunque para este último tiene que ser duro saber que está haciendo la mejor temporada de su vida, que es el segundo en tierra batida pero aún así está a tanta distancia del primero que no tiene ninguna posibilidad. Verdasco que casi siempre está a por uvas pierde su oportunidad de representar a España en los Juegos Olímpicos mientras que Granollers se muere de ganas por ir en su lugar. Los franceses se volvieron a quedar sin un compatriota en la final pero nadie pude decir que Tsonga no hizo lo que pudo. Y el gran Federer una vez más demuestra que ser el número tres del mundo no es una razón para pensar en retirarse como algunos listillos sugieren cada dos por tres.

Final de Roland Garros
Fuente: rolandgarros.com
 En el cuadro femenino hemos tenido varias sorpresas: Serenna Williams caía en primera ronda ante Virginie Razanno (sorpresa de las gordas), también cayó Radwanska que aún no se hace a la tierra, en segunda ronda nos dejó Marion Bartoli (la esperanza para los franceses) y en tercera ronda abandonó la academia Wozniacki. Ivanovic, Schiavone (tercera ronda) y Kuznetsova (cuarta ronda) se quedaron por el camino aunque con un poco más de dignidad.
Como ya nos tiene acostumbrados la WTA en los últimos tiempos ser favorita y llegar a un torneo con buenas sensaciones es casi una sentencia de muerte más que un punto a tu favor. Tras Roland Garros el ranking de las chicas va a tener que hacer algunos cambios porque también perdió en octavos Na Li, la vigente campeona, ante la yugoslava Shvedova una jugadora versátil que recupera su buena forma y Azarenka que empezaba el torneo como número uno se marchaba tras una derrota inexplicable. Llegados a este punto Maria Sharapova se situaba como la candidata más clara para ganar la final y lo hizo arrollando con un 6-3 y 6-2 a la italiana Sara Errani que ha hecho un torneo inmenso al llegar también a la final de dobles y es la sorpresa (una más) de esta edición. Sharapova da palmas con las orejas por partida triple: es número uno después de siete años, ha conseguido el único Gran Slam que le faltaba y deja atrás las graves lesiones para recuperar su potente juego. Durante los próximos días le lloverán elogios y sus críticos, que son muy carroñeros, estarán esperando a que cometa un error para decir que no está centrada en el tenis y que debería dejar de contonearse por las pasarelas. Pero lo cierto es que la rusa vuelve a estar en la cima, una gran noticia porque si algo necesita el tenis femenino es una jugadora con carácter y continuidad que sepa mantener el primer puesto más de dos semanas seguidas.

Maria Sharapova
Fuente: rolandgarros.com
 ¿Que conclusiones podemos sacar? No hay ninguna duda de que Nadal es el mejor en tierra batida pero pensar que los días de Djokovic en el número uno están contados es un gran error, la temporada 2011 le avala y a día de hoy es el favorito en las otras dos superficies. Por lo tanto hagamos como Rafa y seamos cautos.
En el circuito femenino tenemos nueva jefa pero ya sabemos que eso no suele durar mucho, en las próximas citas veremos un duelo interesante entre Sharapova y Azarenka que lucharan por hacerse con el control de esta inestable familia mafiosa que es la WTA.

Extrañas Melancolías Francesas

Avanzo que el post que leeréis a continuación no tiene ánimo de provocar a la postre arduas carcajadas rompemandíbulas, por lo que le aconsejo, vástago/a de inmunda meretriz, que si su intención es criticarme porque me he vuelto demasiado mainstream es preferible que se abstenga y se sodomice a sí mismo con una fregona. Todo ello con el más profundo de mis afectos, puesto que, si por algo he escrito esta entrada, es por mis cojones, los cuales han resultado ser dos de mis mejores amigos, ya que han estado conmigo en las buenas y en las malas, y eso es más de lo que pueden decir muchos. Merci y deseo su plena satisfacción.

Ejemplo de vástago de meretriz, pero de meretriz no inmunda

Cuando paseaba hace apenas unas semana por entre la multitud que (no) se dio cita en la Feria del Libro de Madrid, me dio por abstraerme de todo cuanto me rodeaba, cosa que hago más de cuando que de vez, y que funciona como perfecta sinfonía de silencio. Obvio toda la ponzoña que rezuma el charco y quedo completamente a disposición de donde mi mente, más armada que mi cuerpo, quiera llevarme.

Me cegué, enmudecí y quedé sordo conscientemente del gorjeo constante de las gentes, del ululo por entre los altos árboles de El Retiro, del piar ya alegre ya triste ya cesado de los pájaros y de la turba de otras cosas que por demasía no transcribo. Invertí ahorros de pleno derecho en un 'Crepusculario' de Neftalí Reyes y espoleé mi ser de estante en estante, como si buscara desesperadamente una forma de salir del desespero. Al final llegó el final y otro estante. Y di la vuelta y recomencé, ya más cabizbajo, como una farola, ahora buscando dónde dejé a mi camarada, que con una actitud menos frenética (qué gran diplomático o golfista perdía el mundo) aguardaba mi regreso sin saber de mi huida.

Pues como decía, caminaba yo con el pie izquierdo seguido del derecho y luego el izquierdo de nuevo, pues si lo intentas con el derecho secundado otra vez por el derecho corres el riesgo de caerte, hasta que me paré en un estante (no me preguntéis cuál pues tengo cosas más importantes en las que pensar, como en la inutilidad de un baño sin espejo). Allí, hábilmente sentenciado por la mirada del vendedor, tuve a bien comprarme un pequeño libro, impreso en una calidad óptima que no sobresaliente y de un tamaño no muy superior a las 100 páginas. 'El extranjero', de Albert Camus.

Me llamo Albert y mis amigos me llaman Albert. Con eso no se juega.


Este autor de nombre tan noctámbulo era un franchute de la quinta de Sartre & Company que con el paso del tiempo ha ganado una relevancia, que, admitámoslo, yo el primero, se ha ganado con más sangre y lágrima que con sudor, que también hubo, pero menos, porque, ya me diréis vosotros qué ejercicio digno de transpiración hay en sentarte delante de tu maravillosa máquina de escribir y hacer danzar tus dedos serpenteando las teclas que no quieres pulsar. A pesar de todo, ganó el Premio Nobel de Literatura, y, a ver, yo no soy un experto en esto, se me dan mejor los dromedarios que se creen camellos, pero para ganar eso de lo que todos hablan y nadie ha visto, algo habrá hecho. Tal vez sea el hecho de que dominara el francés ¿no? (Esta broma no cuenta con el beneplácito del autor).

Soy una portada. Hago chistes de portadas
Centrémonos. No voy a decir de qué va el libro, cuándo se publicó o quién desayunaba cereales con zumo de naranjas el día de su segunda edición. Tenéis pelos en el pubis, sois la generación de un cambio, sabéis usar Internet. Usadlo, coño. Esas cosas se las dejo a nuestro demasiado deificado Google. Yo he venido aquí a hablar de mí, de cómo este libro ha sacado de mí la inspiración necesaria para escribir esta mierda y de cómo se han ido sucediendo en mi cabeza una fila infinita de adjetivos para describirlo. Y no los he encontrado, así que me los inventó, porque tengo voz, voto y pelotas (Fuck RAE):

-Diría que este es un libro absurmoso, en donde el protagonista no es capaz de razonar el porqué de las leyes en las que vivimos, de una vida imposible de vivir e inabordable porque la realidad que le rodea es inabordable. Nuestro protagonista no entiende y no es entendido, y no se preocupa por entender y no se preocupan por entenderle. Es tal la gama de grises que nos separa a la sociedad de él que ya no vemos lo iguales que somos. ¿Qué problema hay en ser distinto, en ser un narrador omnisciente a su vez protagonista, en ser el extranjero de tu propia vida?

-Este libro abusa además terriblemente del melancolipticismo, esa rara cualidad de los filósofos para hacer de los recuerdos tristes algo bello, y de los recuerdos bellos sólo pasado. Y no es nostalgia, no es añoranza, no ves una puta pena en sus ojos, porque no la hay. Es un hombre del que te alejarías, alguien solitario, casi asentimental, como un nómada sin vocación, como una canción taciturna.

-Y por último diría que el libro es una joya de la socieapatía, ese sentimiento de no pertenencia ni a quien te toma por igual, ese voy sólo en el autobús y creo que mi vida es una película-no interrumpáis joder-, esa pasividad ante hechos que a los demás nos haría hervir la sangre es lo que nos muestra que somos más parecidos de lo que creemos y que al extraño le tenemos miedo. Y el miedo es la principal causa de desconocimiento.

Aquí os dejo la primer frase y otra más para que os hagáis una idea. Concluyo, quitándome el sombrero, tirándome en la cama, sólo, escribiendo y sintiéndome aglo distinto del que paseaba por El Retiro.

“Hoy ha muerto mamá. O quizá ayer. No lo sé. Recibí un telegrama del asilo: «Falleció su madre. Entierro mañana. Sentidas condolencias.» Pero no quiere decir nada. Quizá haya sido ayer”.



“Una vez más todo el problema consistía en matar el tiempo. A partir del instante en que aprendí a recordar, concluí por no aburrirme en absoluto. Me ponía a veces a pensar en mi cuarto, y, con la imaginación, salía de un rincón para volver detallando mentalmente todo lo que encontraba en el camino. Al principio lo hacía rápidamente. Pero cada vez que volvía a empezar era un poco más largo. Había leído que en la cárcel se concluía por perder la noción del tiempo. Pero no tenía mucho sentido para mí. No había comprendido hasta qué punto los días podían ser a la vez largos y cortos. Largos para vivirlos sin duda, pero tan distendidos que concluían por desbordar unos sobre los otros. Perdían el nombre. Las palabras ayer y mañana eran las únicas que conservaban un sentido para mí”.

sábado, 9 de junio de 2012

Carlos Jean feat. Paco Martínez Soria

Siempre he sido de la opinión que como mejor escribe uno es cabreado. Al menos para el juicio y satisfacción onanista de ese uno. Termina de volcar sobre la pantalla del portátil toda su rabia e indignación, mira la obra, y sonríe pérfidamente y muy a gusto, seguidamente a un grandilocuente y afectado asentimiento de cabeza, Ajá, como quien acaba de descargar un moñigo de proporciones monumentales en su trono de porcelana. Es tanto una terapia como un laxante, y seguro que algunos lectores (si no bastantes, y eso es algo que me encabrona aún más reiteradamente) pensarán que lo que escribo a continuación no es más que eso, un moñigo. Un moñigo arbitrario, indocumentado y apestoso. Que os aproveche. 
   Hace unos días se celebró en Toledo, espléndida urbe y ciudad amantísima, el concierto de Los 40 Principales, una emisora que por lo visto es bastante célebre dentro del mundillo de las ondas. Las actuaciones se sucedieron en este orden: primero irrumpió María Aguado, oriunda de Talavera de La Reina y he de suponer que únicamente conocida por esos lares; luego vino Lagarto Amarillo, uno de los grandes exponentes del indie patrio junto a Joe Crepúsculo y El Columpio Asesino; y por último, saltó al escenario (es un decir) un dillei de bronceado espectacular y tetas como carretas, que respondía al nombre de Carlos Jean.

En serio, ¿quién es esta tía? Yo quería poner a Batman


  Tuvo también mucho protagonismo el maestro de ceremonias Toni Aguilar, empeñado en que tuiteáramos como descosidos dónde estábamos, qué bebíamos, qué escuchábamos y en qué esquina meábamos, sin preguntarse nadie, en un hiperbólico alarde de humildad y sentido común, a quién carajo le importaban tales cosas. Y mientras toqueteaba frenética sus smarfóns y sus aipás, toda la chavalería haciendo botellón en la plaza del Ayuntamiento. O eso inferí; había tanta peña ahí enlatada (dicho evento era gratis, sino de qué otro modo iba a estar yo por ahí vagabundeando) que sólo supe de la existencia de litronas y demás basura por su sorpresivo contacto con mis pies. Y al día siguiente el Corpus. Grandioso.
   De todos modos, tampoco voy a ponerme en plan "¡Defendamos el casco antiguo!", o "¡Baste ya de construir rotondas!", aunque Toledo sea la ciudad más bonita de España, porque imagino que no viene a cuento. Aquí he venido a hablar de música, que diría Paco Umbral, y de aquello en lo que se ha convertido, siempre partiendo de la base de que, en efecto, lo que hacen estos individuos sea "música".
   Igual pude tragar la voz tan bonita como falta de personalidad de María Aguado, pese a que toda la base que le acompañara en sus dos canciones (porque no tenía más, ¿no?) fuera pobremente reproducida por un ordenador; así como la actuación de Lagarto Amarillo y su pop mojabragas de toda la vida, absurdo y simplón (muy milenarista la frase Ahora luego vengo voy, que luego voy, que luego vengo). Rayos, esto es música, si entendemos por tal gentecilla que se planta en el escenario y toca/interpreta/destroza algo suyo o de otros artistas (el término, por cierto, más vejado y desprestigiado del siglo XXI) mejores que él. Con instrumentos, voces. Esas cosillas tan en peligro de extinción.

La ausencia de lagartos y robustos hutts embellece aún más esta panorámica


   Todo entraba dentro de la corrección hasta que un tío que tenía al lado, espigado, de gafas de sol conjuntadas al momento del día, peinado inefable y calzoncillos Calvin Klein (un saludo para él desde aquí, que seguro que me está leyendo) gritó: "¡Que venga el gordo, hostia, que venga el gordo!", y el gordo vino. Cargado con su botellita de Coca Cola, su heladería Famoplay tamaño familiar y, no podía faltar, su MAC. Y nada. Se pone a jugar al buscaminas y a balancear hipnóticamente sus mórbidas glándulas mamarias mientras los altavoces hacen presa de nuestras nucas y toda la multitud, a estas alturas bastante ebria, se mueve como un solo ser. Míralos, ahí, acompasando sus perreos y sus subelamanoygritaOH con los clicks y comandos de teclas de un tipo que lo mismo podría ser dillei Nano que un andoba que se acabe de sacar el grado de eso mismo. A ver, por ser constructivos: para lo que va a sonar, que pongas las grabaciones directamente y, ya que está, que Carlos Jean se entretenga en descargar porno, que aquí al lado de la catedral hay un wifi de puta madre. Primo.
   Vaya, que la experiencia del directo, del "en vivo", sodomizada y agonizante. Y eso lo veo una vergüenza. Que la forma mayoritaria de disfrutar un concierto ("concierto", los he oído llamar, sí, lo juro) se reduzca a un tipo con un ordenata emitiendo aquello tan chabacana y certeramente apodado chunda-chunda se me ofrece como un claro paradigma de lo mal que está todo. Y eso no es lo peor, porque quizá Carlos Jean sepa realmente de música y enfoque el asunto exclusivamente como el grisáceo negocio que es, sino que luego vaya la gente y le defienda todo motivada, con argumentos que le harían enrojecer la calva al mismísimo Pitbull (a quien deseo afectuosamente la muerte más horrible). "Pues son músicas diferentes", "Pues es lo que le gusta a todo el mundo, el raro vas a ser tú", "Pues andar con esas mezclas y efectos tiene el mismo mérito que una canción de rock". La última diatriba, qué duda cabe, es la más sangrante de todas, ésa que hace que a Bob Dylan le den ganas de invocar una lluvia ácida que se estrelle sobre sus putas cabezas, a los Beatles de hacerles escuchar Revolution 9 enterita y sin estupefacientes, y a Extremoduro de hacer un tambor con sus miserables escrotos.

"¿No huele como a hamburguesa? ¡Yo huelo a hamburguesa!"


   Finiquitando mi Aullido particular, ni siquiera es que esta mierda (vamos a llamar de una vez a las cosas por su nombre) sea "lo que le gusta a todo el mundo". ¿Lo que Los 40 pone y nos obliga a escuchar? Eso es más probable. El grupo Love of Lesbian ha conseguido un número 1 con su último disco, La noche eterna. Los días no vividos (reseñado en este mismo blog), pero no creo que sus canciones vayan a sonar nunca en las radios mayoritarias, en todo caso en Radio 3, junto a Los Punsetes y demás fauna, pobrecicos. Planteado esto, que no me jodan con que Los 40 pone lo que el pueblo les pide. No seáis tan cínicos, por favor. Ni tan capullos.
   Y con esto me retiro a escuchar a gente pegando gritos, no sin antes recordaros que la capacidad de discrepar es la que nos hace a todos humanos y progresistas, que los mejores móviles de siempre han sido los Nokia, y que tenéis que visitar y conocer Toledo lo antes posible. Ajá.

Porque la vida puede ser maravillosa

Ya que nos enfundamos el chándal y parece que comenzamos la carrera en pro de los deportes, tras cuatro entradas de fútbol y una de golf (oh grandioso deporte, néctar de los dioses, solo accesible para la élite social que se mezcla con la plebe para dar algo de sentido a las tristes vidas del populacho) no podemos continuar sin hacer una breve entrada a favor del, siempre poco valorado, baloncesto.

Me han cobrado 3 euros por un Kinder
Bueno, 3!!!!
Fuente :cronometroderecords.blogspot.es
No me voy a parar a exponer arduamente cuales son las reglas del juego porque por todos es sabido. Sencillamente va de 10 personas, 5 de cada equipo, botando de un lado para otro y metiendo la pelota por el aro. ¿Simple? Sí ¿Divertido? Depende ¿Azúcar? Dos, por favor. No, en serio, el baloncesto es técnica, es deportividad y talento, pero también empeño y compañerismo. Al menos en la ACB, porque claro, luego llegas a la NBA y las asistencias siempre vienen de los mismos y como tengas las “suerte” de compartir vestuario con alguno de los grandes pues…cómprate un balón de Nivea, porque lo que es en la pista no lo vas a tocar mucho. No es un secreto que el compañerismo estadounidense deja que desear…mucha banderita y mucho himno pero que le pregunten al pobre Pau (E.T), que es el hermano de Marc (la tanqueta), que a la vez tienen otro hermano (mote por determinar) que también es gigante… ¿Nadie se ha planteado que tal vez fueron creados solo para ser unas bestias baloncestísticas e ir rotándolos?

No sé como he llegado aquí pero, a lo que iba, que el baloncesto mola mazo, como diría Camilo Sesto, puede pasar de todo en cada partido, aunque obviamente siempre hay favoritos para disputar los títulos finales.Y es que, hace escasos días, nos encontramos con que en una final de play-offs de la ACB, un equipo que llegaba a perder de 17 acabó ganando el partido por un triple a tabla en la bocina de un jugador que nadie se esperaba que marcase. Obviamente, me refiero al primer partido que perdió el Real Madrid contra el Barcelona, el cual tuvo lugar en el Palau y se ofreció en directo en teledeporte. 

Fran Vázquez, y en esta sale bien...
Fuente: archivosnba.com
¿En teledeporte un Barça-Madrid? Pues claro, amigo, a ver si nos pensamos que esto es fútbol, que el baloncesto no le interesa a nadie, o eso pensaron los directivos de las cadenas. Los mismos que debieron darse de bruces contra la pared al ver que el la audiencia se disparó un 772% por encima de la media de la cadena (fuente: diario el economista). Así que...no sé si gracias a ello tendremos el resto de partidos, o eso parece, en la primera, cosa que no debemos desaprovechar, y menos desde el empate (1-1) que provocó el Real Madrid al plantar cara al Barça con un resultado 69-75. Un resultado que destrozó las expectativas de los que decían que tras el primer partido, que se le escapó entre los dedos al Madrid, no tendría nada que hacer el equipo de Pablo Laso contra los de Xavi Pascual. Au Contraire, en mi opinión. La próxima cita con el mágico Navarro, la muñeca imparable de Carroll y el tesón de Felipe Reyes tendrá lugar en el Palacio de los deportes, el lunes 11. Así que, señoritas, caballeros y Fran Vázquez, siéntense en sus sofás, pongan la uno y disfruten de lo que sin duda será un mordaz encuentro en búsqueda de ponerse a un partido de la ansiada victoria. 

¿Que se te quedan pequeños estos partidos y solo te gusta cuando juega España? Bueno, no te preocupes que este verano va a haber baloncesto para dar y tomar gracias a los Juegos Olímpicos de Londres (del 29 de julio al 12 de agosto). Y si, como yo, no puedes esperar, tendrás unos amistosos para abrir boca en TELEVISIÓN ESPAÑOLA!! Aunque, si puedes acercarte, aconsejo que pilles unas entradas (nada caras) y disfrutes del baloncesto en vivo. Aquí las fechas de todos los encuentros, los cuales finalizan con un muy apetitoso España-Estados Unidos que puede servir para ver cómo llegan las favoritas al título.
Di patata, sonríe, ponte serio...bueno,
venga, da igual.
Fuente: noticias.lainformación.com

09 julio: España - Gran Bretaña (Valladolid)
10 de julio: España - Francia (Madrid)
13 de julio: España - Túnez (La Coruña)
15 de julio: Francia - España (París)
18 de julio: España - Australia (Granada)
19 de julio: España - Australia (EL REENCUENTRO) (Granada)
21 de julio: España - Argentina (Sede pendiente de confirmación)
24 de julio: España - Estados Unidos (Barcelona)

Y ya por último, viendo que esta entrada se está alargando, recordar que se está disputando la recta final de los PlayOffs de la NBA. Oklahoma City Thunder, ya clasificado para la gran final, está esperando a su rival que saldrá del último encuentro de la conferencia Este (Miami Heats - Boston Celtics) que tendrá lugar el 10 de junio a las 2.30 am y promete estar muy reñido (empatados a 3 partidos ganados cada equipo).