sábado, 9 de junio de 2012

Carlos Jean feat. Paco Martínez Soria

Siempre he sido de la opinión que como mejor escribe uno es cabreado. Al menos para el juicio y satisfacción onanista de ese uno. Termina de volcar sobre la pantalla del portátil toda su rabia e indignación, mira la obra, y sonríe pérfidamente y muy a gusto, seguidamente a un grandilocuente y afectado asentimiento de cabeza, Ajá, como quien acaba de descargar un moñigo de proporciones monumentales en su trono de porcelana. Es tanto una terapia como un laxante, y seguro que algunos lectores (si no bastantes, y eso es algo que me encabrona aún más reiteradamente) pensarán que lo que escribo a continuación no es más que eso, un moñigo. Un moñigo arbitrario, indocumentado y apestoso. Que os aproveche. 
   Hace unos días se celebró en Toledo, espléndida urbe y ciudad amantísima, el concierto de Los 40 Principales, una emisora que por lo visto es bastante célebre dentro del mundillo de las ondas. Las actuaciones se sucedieron en este orden: primero irrumpió María Aguado, oriunda de Talavera de La Reina y he de suponer que únicamente conocida por esos lares; luego vino Lagarto Amarillo, uno de los grandes exponentes del indie patrio junto a Joe Crepúsculo y El Columpio Asesino; y por último, saltó al escenario (es un decir) un dillei de bronceado espectacular y tetas como carretas, que respondía al nombre de Carlos Jean.

En serio, ¿quién es esta tía? Yo quería poner a Batman


  Tuvo también mucho protagonismo el maestro de ceremonias Toni Aguilar, empeñado en que tuiteáramos como descosidos dónde estábamos, qué bebíamos, qué escuchábamos y en qué esquina meábamos, sin preguntarse nadie, en un hiperbólico alarde de humildad y sentido común, a quién carajo le importaban tales cosas. Y mientras toqueteaba frenética sus smarfóns y sus aipás, toda la chavalería haciendo botellón en la plaza del Ayuntamiento. O eso inferí; había tanta peña ahí enlatada (dicho evento era gratis, sino de qué otro modo iba a estar yo por ahí vagabundeando) que sólo supe de la existencia de litronas y demás basura por su sorpresivo contacto con mis pies. Y al día siguiente el Corpus. Grandioso.
   De todos modos, tampoco voy a ponerme en plan "¡Defendamos el casco antiguo!", o "¡Baste ya de construir rotondas!", aunque Toledo sea la ciudad más bonita de España, porque imagino que no viene a cuento. Aquí he venido a hablar de música, que diría Paco Umbral, y de aquello en lo que se ha convertido, siempre partiendo de la base de que, en efecto, lo que hacen estos individuos sea "música".
   Igual pude tragar la voz tan bonita como falta de personalidad de María Aguado, pese a que toda la base que le acompañara en sus dos canciones (porque no tenía más, ¿no?) fuera pobremente reproducida por un ordenador; así como la actuación de Lagarto Amarillo y su pop mojabragas de toda la vida, absurdo y simplón (muy milenarista la frase Ahora luego vengo voy, que luego voy, que luego vengo). Rayos, esto es música, si entendemos por tal gentecilla que se planta en el escenario y toca/interpreta/destroza algo suyo o de otros artistas (el término, por cierto, más vejado y desprestigiado del siglo XXI) mejores que él. Con instrumentos, voces. Esas cosillas tan en peligro de extinción.

La ausencia de lagartos y robustos hutts embellece aún más esta panorámica


   Todo entraba dentro de la corrección hasta que un tío que tenía al lado, espigado, de gafas de sol conjuntadas al momento del día, peinado inefable y calzoncillos Calvin Klein (un saludo para él desde aquí, que seguro que me está leyendo) gritó: "¡Que venga el gordo, hostia, que venga el gordo!", y el gordo vino. Cargado con su botellita de Coca Cola, su heladería Famoplay tamaño familiar y, no podía faltar, su MAC. Y nada. Se pone a jugar al buscaminas y a balancear hipnóticamente sus mórbidas glándulas mamarias mientras los altavoces hacen presa de nuestras nucas y toda la multitud, a estas alturas bastante ebria, se mueve como un solo ser. Míralos, ahí, acompasando sus perreos y sus subelamanoygritaOH con los clicks y comandos de teclas de un tipo que lo mismo podría ser dillei Nano que un andoba que se acabe de sacar el grado de eso mismo. A ver, por ser constructivos: para lo que va a sonar, que pongas las grabaciones directamente y, ya que está, que Carlos Jean se entretenga en descargar porno, que aquí al lado de la catedral hay un wifi de puta madre. Primo.
   Vaya, que la experiencia del directo, del "en vivo", sodomizada y agonizante. Y eso lo veo una vergüenza. Que la forma mayoritaria de disfrutar un concierto ("concierto", los he oído llamar, sí, lo juro) se reduzca a un tipo con un ordenata emitiendo aquello tan chabacana y certeramente apodado chunda-chunda se me ofrece como un claro paradigma de lo mal que está todo. Y eso no es lo peor, porque quizá Carlos Jean sepa realmente de música y enfoque el asunto exclusivamente como el grisáceo negocio que es, sino que luego vaya la gente y le defienda todo motivada, con argumentos que le harían enrojecer la calva al mismísimo Pitbull (a quien deseo afectuosamente la muerte más horrible). "Pues son músicas diferentes", "Pues es lo que le gusta a todo el mundo, el raro vas a ser tú", "Pues andar con esas mezclas y efectos tiene el mismo mérito que una canción de rock". La última diatriba, qué duda cabe, es la más sangrante de todas, ésa que hace que a Bob Dylan le den ganas de invocar una lluvia ácida que se estrelle sobre sus putas cabezas, a los Beatles de hacerles escuchar Revolution 9 enterita y sin estupefacientes, y a Extremoduro de hacer un tambor con sus miserables escrotos.

"¿No huele como a hamburguesa? ¡Yo huelo a hamburguesa!"


   Finiquitando mi Aullido particular, ni siquiera es que esta mierda (vamos a llamar de una vez a las cosas por su nombre) sea "lo que le gusta a todo el mundo". ¿Lo que Los 40 pone y nos obliga a escuchar? Eso es más probable. El grupo Love of Lesbian ha conseguido un número 1 con su último disco, La noche eterna. Los días no vividos (reseñado en este mismo blog), pero no creo que sus canciones vayan a sonar nunca en las radios mayoritarias, en todo caso en Radio 3, junto a Los Punsetes y demás fauna, pobrecicos. Planteado esto, que no me jodan con que Los 40 pone lo que el pueblo les pide. No seáis tan cínicos, por favor. Ni tan capullos.
   Y con esto me retiro a escuchar a gente pegando gritos, no sin antes recordaros que la capacidad de discrepar es la que nos hace a todos humanos y progresistas, que los mejores móviles de siempre han sido los Nokia, y que tenéis que visitar y conocer Toledo lo antes posible. Ajá.

2 comentarios:

  1. Los cuarenta no es una emisora que ponga lo que pida el pueblo, sino, los jóvenes (y, gracias a dios, no me incluyo entre los jóvenes actuales). Porque cuando digo jóvenes deben, sí o sí, si son chicas ataviarse con maquillaje de este que si metes la mano te das cuenta de que es un portal interdimensional que te teletransporta a Narnia, un calcetín a modo de minifalda, una camiseta apreta pechos y un peinado que parece ser fijado (y puede que así sea) con el lubricante de sus respectivas parejas. Así, estos mocosillos que se hacen llamar jóvenes viven la vida al máximo, dentro de sus pcs, macs, ipads, mp4, pp2, fj3... y piden, es más, exigen (porque parcos son en modales), que la música así lo transmita. Y es aquí donde entra Carlos Jean, con sus gemelas, que es un hombre muy inteligente, sabe mucho de música y como productor/mezclador ha llevado a grandes artistas (y Carlos Baute) al éxito. Pero, ante todo, es un hombre que trata de abarcarlo todo (y no pretendía ser un chiste de gordos) y por ello va con su ordenador y mete un truñaco del tamaño de Falete (este sí). Pero bueno, ante todo, hemos de entender que el arte está al servicio del comercio y que dentro de unos años seguirán sonando los beatles, aunque espero que no sea feat Pitbull, porque entonces, sí, eso se merecerá un gran GOLPE DE REMO!!

    PD: Gran entrada :D, me ha hecho reflexionar mucho, como muestra mi comentario.

    PD2: Tiran más dos tetas que dos carretas, de ahí el éxito de Jean.

    Pd3: Releer Pd2

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  2. Sin haber estado de cuerpo presente en tan infame turba añado, declaro y proceso que el hecho de haber permanecido allí más de 15 minutos me habría provocado tal henchida ira que mis puños habría obrado como martillos en las sienes de los que en definitiva son los destinatarios del hiriente evento "musical".

    Yo, que como sabes comparto tu opinión en temas tan dispares como pueden ser las tetas de alguna que otra colegiala incauta, no puedo sino por más que arrodillarme ante este truño o post. No sólo le doy la razón, la enhorabuena y si fuera de mi especia, un abrazo cordial, sino que me siento en deuda con vos por abrirme los ojos (sólo aquellos que coronan mi tez).

    Si he de poner alguna pega, que la hay, ellas serían dos: la primera es que, tal y como yo lo siento, no es cabreado como mejor se escribe, sino enamorado/a (con esto me gano una felación seguro) y, por otra, que ni mucho menos Toledo es la ciudad más bonita de España teniendo como tenemos Salamanca, Granada, San Sebastián o Loranca.

    PS: Adoro la referencia al milenarismo, por no saber aún de qué se trata.

    PSPS: Añado esto sólo para demostrar mi inusual inteligencia cultivada 19 años ya: Si se escribe algo justo después de haber escrito la misiva o el texto, se antecede con un PS (Post-Scriptum), mas, si se añade algo días después, lo que corresponde es un PD (Post-Data). Ergo, soy Dios. Ajá.

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