domingo, 3 de junio de 2012

Como lágrimas en la ducha, o ¿quién ha apagado la luz?


Ebrios patanes del jurado, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, que la Paqui se pasa las tardes por mi casa y que ya se ha empezado a hablar de Blade Runner 2, pues vamos a hablar de Blade Runner ONE, o sea, (posiblemente) la película de ciencia-ficción que mejor ha sabido captar el mundo futuro. Y digo esto porque tras ella, todas las películas que la han sucedido en él genero beben de ella como el Rey de los (dis)tintos asuntos (protoco)Larios.

Os explico brevemente de qué va: Esto es un tío, que se llama Rick Deckard, que está retirado de su antigua profesión, que era ser un Blade Runner, o cazador de replicantes (id est, un policía que se encargaba de encontrar a los androides que se habían escapado, estropeado, etc...), y ahora está en la cola del INEM. Pero es llamado de nuevo por su ex-jefe porque al parecer un grupo de estos replicantes están intentando hacerse humanos y están cometiendo cosas nazis. Y ahí empieza la trama. Por cierto, la trama está muy bien hilada y transcurre en el futuro.

De hecho, la gente cuando imagina un mundo futuro lo ve con cochecitos volando, con rascacielos que más que rascar atraviesan y con la Duquesa de Alba por allí danzando alegremente la joía. Pero el futuro, tal y como lo plantea la película, es mucho más plausible: un Los Ángeles que sirve de estereotipo de las grandes ciudades donde la publicidad marca la vida diaria (no os recuerda esto a Eva, que diga a Wall.e), donde la comida china  y todo lo chino (personas incluidas) es el pan nuestro de cada día, donde la sociedad experimenta cada vez más con la tecnología al servicio de las grandes empresas y dónde el cielo está perpetuamente colapsado de nubes debido a que en nuestros días la ‘contaminación atmosférica’ dijimos que era una patraña. Y sí, sí hay cochecitos volando.


Soy un póster. Hago chistes de pósters


Ridley Scott, ese director con pinta de director, fue el que hizo la joya. La hizo además como él no quería, porque si el estudio esto, porque si el estudio lo otro…¡Una pala y una espiocha les daba yo a los estudios! Al cabo de los años por fin pudo él sacar su ‘Director’s cut’ y vaya si mereció la pena la espera. Su versión, que omite una penosa voz en off y que añade unas escenas (tal vez) innecesarias a la par que perfectas, es miel sobre hojuelas y luego más miel. Le costó lo suyo sacar el proyecto por varias razones:

1.-Los protas se llevaban mal. Harrison Ford y Sean Young no se podían ni ver (al parecer uno de los dos la tenía demasiado pequeña). Tal es así que en la escena de pasión de la película, que es algo violenta, los golpes son auténticos. Una alegría vamos.

Si dices muchas veces mi nombre, habrás quedado como un idiota. 

2.- El escritor en el que se basa la peli estaba como un auténtico cencerro. Philip K. Dick escribió ‘¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?’, el libro en el que se basa el film, dejando muchas incógnitas y como diciendo ‘ahí lo lleváis simples mortales’. Esas incógnitas en el film salen a pedir de boca y han suscitado muchas teorías a partir de ellas. Cuando la veáis y veáis (valga la redundancia) el unicornio de papiroflexia entenderéis lo que os digo.
¿A que no sabéis quiénes somos? Uno se llama Ridley y el otro se apellida  Dick, pero no os diremos quién es cada uno. Además, sienta muy bien estar ocupando este parrafazo siendo sólo un pie de foto. Pero ¡qué foto! Chapó por el fotógrafo que estuvo allí para captar el momento eh? Bueno nos despedimos. Un abrazo y sed buenos. Ved nuestra peli!

3.- Al estudio no le hizo ni p*** (***significa uta) gracia  que el clímax final fuera tan poco clímax. Vamos que tiene de clímax lo que yo de feo (humildad ante todo). Pero sin embargo ha pasado a la historia como uno de los finales más emotivos, sobresalientes, orgásmicos y wikis de todos los finales. Yo lo digo, me llegué a correr y me acartoné los calzones pero igual me dio. (Una de las frases de este párrafo es mentira).

4.- El malo tiene el pelo rubio platino. Y os preguntareis que qué más dará. Pues que parece gay. Ea, ya lo he dicho. Al fin y al cabo, es un malo de los que crean tendencia, como John Galliano (esta broma es sutil).

Pues con todo aún hay quien dice que no le llena, que está sobrevalorada, que no tiene una de las mejores persecuciones de la historia. Y luego son los mismos que ven 2001: una odisea  del espacio hacia atrás mientras suena la marcha turca de Mozart y comen Oreos. Anda y que les zurzan. Ojalá todos ardieran en una pila de *CENSURADO POR SU ALTO CONTENIDO  DE VIOLENCIA* ….y sus hijos también.


Soy Gafapasta. No por nada, sino porque es mi nombre.
Pues eso. Que han anunciado secuela. Ridley Scott lo ha dicho. La prota será una tía. No será porno. Y, como la primera, tenéis que verla. Adieu.

PS: Soy una posdata.

PSPS: En serio, el estudio no se hace responsable de que los gerentes de este blog dejen escribir en él a un mentalmente divergente que le hace gracia la palabra 'replicante'...hihihihihihi

2 comentarios:

  1. En efecto, soy uno de los que opinan que no le llena, que está sobrevalorada, y que no tiene una de las mejores persecuciones de la historia, con el matiz de que, como todo ser humano, me aburro con "2001" y no me gustan demasiado las Oreo. Pese a todo, un gran artículo, incluso te dan ganas de verla de nuevo para confirmar tu opinión.

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  2. Qué grande Blade Runner!!!! y la obra de Philip K. Dick también. Personalmente tiemblo con la idea de una secuela, remake o lo que sea, me entran sudores fríos y no puedo dejar de pensar en Indiana Jones 4 el mejor ejemplo de secuela que no debería haber visto nunca.

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