viernes, 8 de junio de 2012

La mirada indiscreta



Durante siglos los críticos, los estudiosos, los artistas y los aficionados al arte han intentado sin éxito comprender como funciona la mente de los grandes genios y supongo que no podía haber pasado mucho tiempo desde que surgió el cine antes de que a alguien se le ocurriera grabar a un pintor en pleno trabajo, ya lo hizo el director francés François Campaux con el documental “Un gran pintor francés, Henri Matisse” (1946) y es el caso de “El misterio de Picasso” (1956) el protagonista de la entrada de hoy. Henri-Georges Clouzot era un director polémico conocido por sus películas de suspense, lógico que el hombre no pudiera resistirse e intentara descifrar el enigma de Pablo Picasso, seguro que desde entonces este tipo de películas se han hecho muchas veces con idéntico resultado: no descifras nada, no comprendes ningún misterio, lo único que consigues es admirarles más o por el contrario, convencerte de que solo hay una cosa más aburrida que ver arte, mirar cómo se crea. Todo depende de los gustos de cada uno.

Cartel de "Los Misterios de Picasso"
 La mayor parte del tiempo los espectadores vemos los trazos de Picasso que aparecen como de la nada sobre un espacio en blanco, lo único que encuadra la cámara. Imaginaos que miráis una gran hoja en blanco, una mano invisible dibuja sobre ella, no podéis predecir lo que va ha hacer a continuación así que solo observáis, la tinta crea formas y de vez en cuando el color e incluso el collage hacen acto de presencia, cuando el artista invisible termina colocáis una nueva hoja en blanco y todo vuelve a empezar. Poco a poco averiguamos que Picasso está detrás de ese lienzo semitransparente y que el director lo está grabando todo al otro lado.

Picasso se deshizo de la mayoría de las piezas que realizó durante los tres meses que duró la grabación, así que el documental Le mystère Picassoes una obra de arte única, algo que nuestros amigos franceses reconocieron en 1984 al declararlo Tesoro Nacional. No es una biografía, ni una entrevista, nada de preguntas estúpidas del tipo ¿cuáles son tus materiales preferidos?, ¿de dónde surgen tus ideas? o ¿quién es tu estilista? Solo el artista trabajando en su estudio, las únicas palabras que oímos son las indispensables y el objetivo es ver a través de sus ojos. Todo lo que hace se transforma y no le importa que el público no pueda seguirle, nunca le ha importado y ya está mayor para preocuparse por tonterías. Puede tardar cinco minutos o cinco horas pero vemos aparecer todo en apenas unos instantes, unas veces trazo a trazo y otras en el tiempo que dura un parpadeo, aunque siempre acompañado por la música de Georges Auric.

Tal vez haya formas más sencillas de acercarse al arte que ver pintar a Picasso, pero por lo menos espero haber despertado un poco vuestra curiosidad. En estos casos el mejor consejo que se puede dar es el mismo que te dicen cuando pretendes leer los Clásicos de la Literatura, hay que tener el estado de ánimo adecuado y ponerle entusiasmo. No sé si os convenceré diciendo que es interesante, hipnótico, estimulante y que no se os hará eterno porque de hecho tampoco es tan largo (75 min.), pero bueno lo que cuenta es la intención.



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