Durante
siglos los críticos, los estudiosos, los artistas y los aficionados al arte han
intentado sin éxito comprender como funciona la mente de los grandes genios y supongo
que no podía haber pasado mucho tiempo desde que surgió el cine antes de que a
alguien se le ocurriera grabar a un pintor en pleno trabajo, ya lo hizo el
director francés François Campaux con el
documental “Un gran pintor francés, Henri Matisse” (1946) y es el caso de “El misterio
de Picasso” (1956) el protagonista
de la entrada de hoy. Henri-Georges Clouzot era un director polémico conocido por sus películas de
suspense, lógico que el hombre no pudiera resistirse e intentara descifrar el
enigma de Pablo Picasso, seguro que desde entonces este tipo de películas se han
hecho muchas veces con idéntico resultado: no descifras nada, no comprendes
ningún misterio, lo único que consigues es admirarles más o por el contrario, convencerte
de que solo hay una cosa más aburrida que ver arte, mirar cómo se crea. Todo depende
de los gustos de cada uno.
Cartel de "Los Misterios de Picasso" |
Picasso
se deshizo de la mayoría de las piezas que realizó durante los tres meses que
duró la grabación, así que el documental “Le mystère Picasso” es una obra de arte única, algo que
nuestros amigos franceses reconocieron en 1984 al declararlo Tesoro Nacional. No es una biografía, ni una entrevista, nada de
preguntas estúpidas del tipo ¿cuáles son
tus materiales preferidos?, ¿de dónde
surgen tus ideas? o ¿quién es tu
estilista? Solo el artista trabajando en su estudio, las únicas palabras
que oímos son las indispensables y el objetivo es ver a través de sus ojos. Todo
lo que hace se transforma y no le importa que el público no pueda seguirle,
nunca le ha importado y ya está mayor para preocuparse por tonterías. Puede
tardar cinco minutos o cinco horas pero vemos aparecer todo en apenas unos
instantes, unas
veces trazo a trazo y otras en el tiempo que dura un parpadeo,
aunque siempre acompañado por la música
de Georges Auric.
Tal vez haya formas más
sencillas de acercarse al arte que ver pintar a Picasso, pero por lo menos
espero haber despertado un poco vuestra curiosidad. En estos casos el mejor
consejo que se puede dar es el mismo que te dicen cuando pretendes leer los Clásicos de la Literatura, hay que tener
el estado de ánimo adecuado y ponerle entusiasmo. No sé si os convenceré
diciendo que es interesante, hipnótico, estimulante y que no se os hará eterno
porque de hecho tampoco es tan largo (75 min.), pero bueno lo que cuenta es la
intención.
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