miércoles, 6 de junio de 2012

Alarido del incomprendido

Vaya, has picado mi querido lector. Supongo que has decidido empezar a leer estas líneas atraído por este titular tan refinado y a la vez tan vilmente robado a una niña de ocho años con la esperanza de leer un post (mira mamá hablo inglés) sobre algún asunto culto como los que podemos encontrar en este humilde blog. Nada más lejos de la realidad, pues el objetivo de esta entrada no es otro que hablar sobre el tema del que casi todos hablan en este país. Y no, no me refiero ni a la crisis (¿Mariano dónde estaaaaaaaaaaaas?) ni a la no inclusión del Rey en el equipo olímpico de tiro al plato. Hablo, por supuesto, del fútbol.

Y hablo del fútbol como lo que es, una competición. Algo que en teoría todos sabemos pero que en los últimos años ha cambiado. El fútbol ya no es un deporte en el que se lucha por ganar, sino un concurso de belleza. Todo viene a raíz de la llegada de Guardiola al banquillo del Barcelona, donde el estilo de juego que implantó en su equipo enamoró a todos, demostrando que otro fútbol era posible. Pero no le echo la culpa al pobre Pep, que bastante tiene con que su tacañería catalana le impida poner una solución efectiva a su calvicie.

Madre mía la que he liado tú
Foto: Mundo Deportivo

El problema es de la gente y ya que paso por aquí también le voy a dar un palo a los periodistas. Poco a poco entre todos se están cargando la esencia de este bello deporte, que para mí no es otra que ganar. Ganar, ganar y ganar que diría Luis Aragonés. Ahora lo que prima es el buen juego por encima de la victoria. Y todo es por culpa de ese falso mito futbolístico que dice que el buen juego asegura los títulos. JA!!! El mejor y más actual ejemplo de que esta teoría carece de peso lo encontramos en el Chelsea, actual campeón de Europa. Su juego ha sido tan efectivo como poco vistoso, pero eso le ha servido para alzarse con el título más importante a nivel de clubes, eliminando en semifinales al equipo que mejor fútbol ha practicado en los últimos años. ¿Y quién felicitó al Chelsea por el triunfo? Nadie, absolutamente nadie. Lo único que recibió el equipo londinense fueron palos a diestro y siniestro, incluso se habló de injusticia. En fin, todos locos. Hablan de injusticia porque entienden que el equipo que más ataca es el que merece ganar.

Pueden tener razón, pero nadie se paró a pensar que el Chelsea no tenía equipo para atacar durante 90 minutos, y menos contra el Barça. En vez de empecinarse en la idea de atacar, como muchos querían, Di Matteo optó por emplear un estilo de juego que se adaptara a las características de su plantilla. Vio que no tenía un equipo para atacar y decidió jugar a la defensiva, y el tiempo le dio la razón. En resumen, planteó el partido para ganar. ¿Dónde está ahí la injusticia? A él, como a muchos otros anteriormente, se le tildó de ser un entrenador “resultadista”, es decir, aquel que solo quiere ganar. Ahora uno recibe críticas por querer ganar JAJAJAJAJAJAJA. Señoras y señores, el fútbol es un deporte y como tal lo más importante es la victoria. Nadie se acuerda del segundo, así de triste y así de cierto. Si ganas pasas a la historia, si pierdes pasas al ostracismo.

Jijijijijijijijiji he ganado la Champions sin jugar bien. Qué malote soy
Foto: RDM

Siempre he visto el fútbol como una vía de escape ante los problemas cotidianos. Te evade de la realidad por unas horas, y su belleza reside en que un gol puede cambiarte el estado de ánimo. Durante 90 minutos tu felicidad depende de si una pelota entra en la portería que tú deseas, nada más. La alegría no puede depender de si tu equipo juega bien o no, me niego rotundamente. Solo la victoria provoca sonrisas. Porque tú te puedes irte orgulloso a tu casa si ves que tu equipo ha hecho todo lo posible por ganar, pero si ha perdido, por muy bien que haya jugado, no puedes dormir feliz esa noche.

Ahora mismo el aficionado del Chelsea es el que está más contento de Europa, porque ha visto cumplido su sueño. Y a ese aficionado le da lo mismo si su equipo ha jugado bien o no, la imagen de los jugadores levantando la Copa es la felicidad máxima. ¿Y no es la felicidad otra cosa si no el fin último?

2 comentarios:

  1. Muy buen artículo, Señor X (tranquilo/a, su identidad secreta está a salvo conmigo). Mira que a mí esto del fúrbol me la trae flojísima, pero has conseguido que me lea de cabo a rabo la entrada de turno y que la experiencia sea entretenida, y eso tiene mucho, mucho mérito.

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  2. Gran artículo aunque no podía estar menos de acuerdo en algunos aspectos. Pues el fútbol, actualmente, ante todo es dinero. Dinero en publicidad, en fichajes...y eso va más allá del ganar o perder, está más relacionado con el espectáculo. Si el fútbol fuese aburrido, quiero decir más de lo que lo es ya (VIVA EL BALONCESTO), la gente no lo vería, las marcas no lo patrocinarían, no se movería el dineral que se mueve y, sí, todo consistiría en quién gana y quién pierde. Pero ahora el fútbol es un elemento de nuestra cultura, nos guste más o menos, y es un negocio que sale muy rentable. Y si no dile a Cristiano que deje de hacer tanta publicidad y se centre solo en jugar para ganar, que deje las bicicletas y los lucimientos individuales. Y ya paro, pero me parece indigno para nuestro blog que haya dos entradas de fútbol y ninguna de golf, un deporte mucho más elegante y distinguido.

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