lunes, 3 de septiembre de 2012

Hop Hop Hopper


El arte ha estado últimamente en el candelero compartiendo telediarios con los incendios, la crisis y el fútbol, todo gracias a una señora que decidió darlo todo y restaurar una pintura en la iglesia de su pueblo. El resultado fue tan bueno que decenas de personas, con tanto interés en el arte como el que pueda tener yo en la física cuántica, se han desplazado al desconocido lugar para ver una pintura mural de Jesús convertida ahora en una pieza de arte moderno. Quería aprovechar esta entrada para lanzar al ciberespacio mi sugerencia y estimular las visitas a los museos. Ahí va el eslogan: “¡¡¡Elige una obra maestra y personalízala!!! Te regalamos la brocha con la entrada”. Yo ya tengo pensado qué cambios le haría a “Las Meninas” pero estoy abierta a otras sugerencias.

Casa junto a la vía del tren. Edward Hopper
Fuente:www.moma.org

Después de dejar clara mi opinión ya podemos pasar a otro tema menos popular. Septiembre está aquí y con él no solo llega el fin de las vacaciones también se acaba, por ejemplo, la exposición en el Museo Thyssen-Bornemisza (conocido por todos como “Tisen” o “el sitio de la baronesa” ) sobre Edward Hopper (1882-1967). Nuestro nuevo amigo pasó la mayor parte de su vida en Nueva York y retrató la vida cotidiana de los americanos en general y la vida urbana de los neoyorquinos en particular, formando parte de una generación de artistas que a principios del siglo XX pretendían distanciarse de la influencias del arte europeo, especialmente de los impresionistas, para alcanzar un sello personal.
Nos dicen que Hopper era un hombre solitario, tal vez por eso en su obra la mayoría de los personajes parecen aislados y nunca vemos multitudes, las personas aún en compañía de otras siempre parecen atentas solo a sus asuntos. No sé si esto influye en las sensaciones que tengo pero su pintura me parece fría y esto es algo que me suele ocurrir con el realismo, la culpa es mía no de Hopper, todo es cuestión de gustos. Es cierto que estimula tu curiosidad y te preguntas a dónde estará mirando esa mujer, en qué piensa ese hombre o hacia dónde se dirige, pero estas preguntas surgen porque la indiferencia que me producen los personajes me permite distanciarme de lo que veo. Las casas campestres, los edificios, el mar o cualquier lugar creado por el pintor me parecen más vivos que sus figuras humanas.


Sol de mañana. Edward Hopper
Fuente:www.columbusmuseum.org

Llama la atención la gran influencia que tiene en el pintor el cine y viceversa. No he descubierto el agua tibia, te lo dicen en los folletos informativos y es lo que han resaltado en todos los reportajes que publicitaban la muestra. Esta relación con la pantalla grande va más allá de la anécdota de “La casa junto a la vía del tren” (inspiró a Hitchcock para la mansión de “Psicosis”), hablo de sus grabados que parecen fragmentos de storyboards o las perspectivas y encuadres escogidos que no son, o al menos no lo eran en ese momento, los habituales en la pintura, como en el caso de “Pavimentos de Nueva York”.

Al final el museo nos presenta un tinglado que reproduce el cuadro “Sol de mañana”  y solo sirve para dos cosas. Primero: ocupar espacio porque sobraba una sala pero no cuadros con qué llenarla. Segundo: satisfacer las ansias de muchos visitantes por fotografiar algo con el móvil, no importa si es animal, vegetal o mineral. Pero tranquilos porque aún no habrá terminado la exposición, llega la hora de invertir en arte. Justo en la salita de al lado nos ofrecen gran cantidad de souvenirs y empezamos a oír cosas como ¿Quieres un pin de Hopper? o, tal vez, a algún encargado respondiendo No, lo siento no hay imanes pero tenemos abrebotellas y postales. Si no quieres comprar nada tendrás que irte a otra parte porque un vigilante se interpone en tu camino cuando quieres desandar lo andado y te advierte: No hay vuelta atrás en este viaje pequeño hobbit. En ese momento eres consciente de que no regresarás del Monte del Destino y terminarás comprándote una goma tuneada con un cuadro.

Pavimentos de Nueva York. Edward Hopper
Fuente:www.wikipaintings.org


Frikadas aparte, podréis disfrutar de este repaso a la obra de Edward Hopper hasta el próximo 16 de septiembre (Lunes y domingo de 10 a 19 / de Martes a Sábado de 10 a 23), son 10 euros la entrada general y 6 la reducida.


miércoles, 29 de agosto de 2012

Gilipolleces estilo David Copperfield

Han pasado un par de meses desde que escribiera aquel artículo sobre gente asiática y drogodependiente que pasó con más pena que gloria por ésta nuestra colmena, y a continuación me dispongo a dar por concluido mi retiro espiritual y a seguir a mis cosicas con la sección de Literatura. En este sabático intervalo que reseñaba, leí un libro muy interesante sobre el 23-F (pero aquí nunca se habla de política, por pereza y eso), y una novelita de Antonio Muñoz Molina que ya prácticamente he olvidado de tan poética y bucólica que era. A continuación probé suerte con Vargas Llosa y Dickens (la de este último era una cuenta pendiente que aún sigue sin estar saldada), y al final, resulta que me he pasado medio verano viendo un capítulo de Mad Men tras otro y yendo al cine en pos de una periódica sodomización. Todo para acabar volviendo, un poco deprimido que es como hay que ir, a leer El guardián entre el centeno, escrito por J. D. Salinger y publicado en 1951. Uno de los libros que más han marcado mi vida, y como la mía la de muchos otros tan amargados como yo. 

El centeno: metáfora que ilustra el arte de poner fotos que no aportan nada al artículo

   Supongo que es de rigor comentar por qué es posible que dicho título os suene de algo pese a que no lo hayáis leído (y es pa mataros en tal caso). Mark Chapman, el asesino de John Lennon, tenía este libro en su mesilla de noche, y parloteó acerca de él y de Holden Caulfield cuando le pescaron. Que había sido su inspiración para cometer tal atrocidad, o no sé qué hostias. Si os parece acabamos en esto con la parte documentada del trabajo, aunque también otro tipejo que intentó lo propio con Ronald Reagan declarara posteriormente estar obsesionado con él. Porque, en fin, yo todavía no he matado a nadie, y eso que me habré leído la obra en cuestión como un centenar de veces. Aunque igual a la próxima cojo un rifle y me cargo a, no sé, George Lucas, por poner un ejemplo.
   El caso es que el protagonista es Holden Caulfield, un adolescente de unos dieciséis años (edad que yo mismo atesoraba al leerme el libro por primera vez, aaaains), al que acaban de expulsar de Pencey, un colegio apestoso lleno de gente falsa y estúpida, ateniéndonos a lo que se nos dice, y que emprende un vagabundeo incansable y accidentado por las calles de Nueva York (de por medio lumis, chulos, homosexuales y otros exponentes de la alta suciedad), antes de volver a casa de sus padres y comunicarles la mala noticia. Y no hay más, realmente. El argumento da para lo justo, unas doscientas y pico páginas de nada. Doscientas y pico gloriosas páginas de nada.
   La cantinela de "Lo que importa no es lo que se cuenta, sino cómo se cuenta" nunca fue tan verídica como en el caso que nos ocupa. El libro está escrito en primera persona, pero no por un catedrático con su columnita en algún periódico y su Pulitzer en la estantería a su espalda, sino por el propio Holden Caulfield, un chaval de dieciséis años que se expresa como un chaval de dieciséis años. Con coletillas, tacos, todoesos, enserios y jos. Y transmitiendo en el empeño toda la rabia y la angustia de una etapa de nuestra existencia que muchos aún no hemos acabado de abandonar. Toda la prosa, por tanto, destila una energía, una vida, que pocas veces he percibido en un trabajo impreso, y que logra que esas pocas páginas se lean en, literalmente, un suspiro. Como pequeña muestra, el inicio de la obrita, a la altura icónica de El Quijote o El Lazarillo:

   Si realmente les interesa lo que voy a contarles, probablemente lo primero que querrán saber es dónde nací, y lo asquerosa que fue mi infancia, y qué hacían mis padres antes de tenerme a mí, y todas esas gilipolleces estilo David Copperfield, pero si quieren saber la verdad no tengo ganas de hablar de eso. Primero porque me aburre, y, segundo, porque a mis padres les darían dos ataques por cabeza si les dijera algo personal acerca de ellos. Para esas cosas son muy susceptibles, sobre todo mi padre. Son buena gente y eso, no digo que no, pero también son más susceptibles que el demonio. Además, no crean que voy a contarles toda mi maldita autobiografía ni nada de eso...

Pues sí, éste es Holden Caulfield. Y es legendario

   En efecto, Holden Caulfield es el encanto personificado, un chaval sarcástico, mentiroso, malhablado, sensible, infantil, parlanchín, alcohólico, fumador, y con una gorra de caza que mola un pegote. También es alto, delgaducho, seguro que se masturba, y peina canas a un lado de la cabeza. Y lo odia todo, lo que se dice todo, con la práctica excepción de su hermanita Phoebe, que también es un encanto. El héroe de nuestra adolescencia, qué duda cabe, uno al que según leamos el libro todos amaremos y conoceremos tan bien como a nosotros mismos. Ya sabéis, porque Holden es un espejo de lo que somos todos nosotros. O de lo que fuimos.
   Es probable, pero también necesario, que me centre mucho en la figura del señor Caulfield. Todo el libro se centra en él, sin apenas profundizar en la psique de algún otro personaje la cual, en cualquier caso, sería observada bajo el punto de vista del amiguete. De este modo llegamos a sentir tanto cariño por su hermana pequeña como lo siente Holden, tanta repugnancia por las personas falsas, los tíos guarros e incluso el cine como siente Holden, y tanto dolor por la temprana pérdida de su hermano pequeño Allie, pelirrojo y listísimo, como lo siente Holden. Y a uno, maldita sea, se le acaba escapando una lágrima y todo.
   No sé si a lo largo de este artículo habré sabido expresar la devoción que siento por esta obra en toda su amplitud, porque es mucha, y de todas maneras no ha de significar que vosotros hayáis sentido, o vayáis a sentir, lo mismo al leerlo. Ocurre que es un libro que llega a calar hondo si se lee en las circunstancias apropiadas (como son ser joven, o ser viejo, o estar simplemente harto de todo), y que se halla sumido así como quien no quiere la cosa en el aura de los clásicos, de los atemporales, de esos fragmentos de arte puro y de vida llamados a ser degustados cada cierto tiempo. Un aura tan poderosa, férrea y opaca que se me hace difícil buscarle algún pero, sin que entre a estorbar ni la objetividad ni cosa parecida. En cualquier caso, a Holden Caulfield se la traería floja. Y a su autor también, J. D. Salinger, porque está muerto y en vida estuvo un poco más pallá que pacá.

"¡¡¡Aaagh, la muerte!!!"

   Y bueno. Pasando por alto lo poco mordedor de esta ¿crítica? y lo subjetivo de mis afirmaciones, El guardián entre el centeno es un gran libro, y no hay quien me saque de ahí. Debería leerlo todo el mundo, y no sólo para buscar qué carajo pudo entender Chapman que le llevara a matar al Beatle que le robó las gafas a mi abuela: también porque le va a gustar, fijo, y porque le va a coger, no hay más remedio, cariño al protagonista. ¿Que igual a veces se pone un poco pesado con las coletillas, con los "me deja sin habla"? Eso es que está en una edad muy difícil, perdonémosle.
   Firmado: Holden Caulfield

jueves, 16 de agosto de 2012

Ridley Scott se creía inspirado y lo que estaba era haciéndose una paja

Estoy indignado. Pero no indignado en el sentido de 'Oh, me voy a la Plaza de Sol, A LAS BARRICADAS, A LAS BARRICADAS, con mi perro, mi flauta, mis rastas tela de limpias y bien cuidadas y una bolsa de Doritos' no. Indignado en plan 'acentuar la 'g'. IndiGnado. Porque así suena hasta que me han dao por culo, y eso que no conozco personalmente a Elton John. Y es que fui al cine a ver 'Prometheus', que me las prometía (valga aquí el juego de palabras que en realidad no es tal y me va a costar más de un disgusto) muy felices y al final me comí un cagarro que bien sabe Dios el poso amargo que me dejó en la garganta.

Y hablando de Dios, voy a empezar a hablar de mentiras. Oseasé, del guión. Menuda bazofia precocinada con laurel caducado. En serio, me dio hasta rabia porque la película intenta ser una especie de reflexión metafísica de la hostia y se monta un pipostio para decirnos algo así como 'Y si lo que creemos que nos creó como Dios fuera en realidad el Diablo'. O sea, un guión de hierro eh? Chapeau. Pero claro, tampoco podíamos esperar mucho de unos guionistas que tienen en su haber, atención, esperad que estornude, 'Perdidos', esa amalgama de idioteces que a la gente le dio por venerar como si no tuviéramos suficiente con David Meca.

Yo le dije a Mahoma: "Ridley Scott se va ve', se va a vé en un follón que no zabe ni  dÓnde s'a metío"

Total que el guión hace lagunas de Ruidera y todo por una sarta de despropósitos tales como que un grupo de científicos llegan a un nuevo planeta y sin explorar ni nada van Y SE QUITAN EL CASCO. ¡Pero qué haces desgraciao! ¿Se te ha ocurrido pensar que a pesar de que un robot te diga que el aire es respirable, te puede estar gastando una broma?, o que puede fallar coño, que los robots los hacemos nosotros, y si falló el Windows Vista no sé por qué no puede fallar un puto robot. Además, hay varias cosas que no cuadran y que ni se explican. Hay unos giros de guión que más que giros parecen hacer la órbita de Falete. De verdad el guión es lamentable hasta la crispación. Para familiarizarnos con la terminología galáctica os diré que está a años luz del de 'Alien'. Tíos, en serio, no quepo en mí de asombro al ver que hasta un guionista de Física o Química lo hubiera hecho mejor. Si hasta se inventan un mejunge raro, negro y aceitoso, como semen oscuro, que lo mismo te sirve para convertir y evolucionar especies que para freír un cocido. De lejos, el peor guión que he visto en años.

Si me pongo de espaldas, con los brazos en jarra y  giro la cabeza hasta mirar a cámara, me convierto en Elsa Pataky.

Mirad, voy a dejar de hablar del guión porque es como cuando hablo de mierda: no queda bien a no ser que sea con el médico si tu caca es verde. Sigo con el director. Y creo que voy a llorar. O sea, Ridley, ¿qué haces? ¿qué diablos haces? O sea, tú, que has hecho 'Blade Runner' y 'Gladiator' me haces esto, un bodrio del tamaño de Wisconsin en el que sólo se salvan un par de escenas y los trailers virales. Mira, te lo digo en serio, o vuelves a la senda de 'El reino de los cielos', que digan lo que digan está infravalorada (salía Liam Neeson por Dios) o te va a caer la del pulpo. Avisado quedas.

Me llamo Damon Lindelof. La vena de mi frente es de apretar las mierdas que luego entrego como guiones.
Y ya para acabar el reparto. Yo no he visto actores menos adecuados para sus respectivos papeles en mi vida. La directora de casting es para cogerla y crucificarla por los pulgares. No hablo de que, de por sí, los personajes en el guión tengan menos profundidad que Belén Esteban hablando de historia, pero es que estoy  seguro que los personajes de 'Los Mercenarios 2' están mejor planteados que éstos. La prota, Noomi Rapace, es una piedra. O sea, tiene la misma cara al descubrir hallazgos que cambian la historia de la humanidad que al enfrentarse a un bicharraco de 2'50 que al sacarse un moco. No me quiero imaginar cómo sería una fiesta con Keanu Reeves, Kristen Stewart, Jon Nieve y ella. A Charlize Theron no hay quien la crea como personaje frío, distante, si los modelitos que lleva lo único que hacen es calentar al personal. A Michael Fassbender, ese actor que tiene un pedazo de nabo que se cree yo, lo salvo porque el hijoputa se sale como robot, pero estaba mejor en Shame. De Guy Pearce sólo decir que da risa. Y el resto son secundarios que están ahí para morir, aunque Idris Elba es negro, es el capi y lo salvo.

Noomi si tienes un hijo no le llames John, porque le diré todo el rato "¡John Mamón!"
Y esto ha sido todo. Por favor, no la veáis. Ni esta ni las siguientes (sí, temed, han acordado secuelas, aunque han despedido a Damon Lindelof, algo es algo). Yo en el camino de vuelta tenía miedo de morir y que Prometheus resultara ser la última película que había visto. Os quiero. Y ahora voy a ver si Mario Vaquerizo me quita las tonterías, porque, vale, es tonto, pero el tío lo lleva con orgullo. Besitos.

PS: Y aquí os dejo una de las cosas que, a todas luces, es de lo mejorcito que he leído en Internet en mucho tiempo. Por favor, leedlo, no os arrepentiréis, pero hacedlo sólo leedlo si:
1.- Habéis visto la peli.
2.- Habéis visto Perdidos.
3.- Habéis visto la peli y Perdidos.
4.- No las habéis visto ni tenéis intención de hacerlo.
5.- Habéis leído esta crítica entera.

jueves, 26 de julio de 2012

Los Vengadores: Nanananana Spidermaaaan (huy, creo que no era así)



Sí, ya sé que hay una entrada publicada sobre la amazing nueva peli de Spiderman (en esta frase hay un juego de palabras escondido, aunque sintiéndolo mucho no hay premio para quien lo encuentre). Así que no voy a escribir sobre este amazing (perdón) superhéroe pero sí que voy a colgar esta foto porque es muy absurda y muy graciosa. De hecho podría escribir páginas y páginas sobre la dichosa foto porque, reconozcámoslo, da mucha risa. No sé qué es mejor, el sombrero de copa, el bigote postizo o el monóculo (tengo debilidad por los monóculos). Pero si ya leemos el texto es la risión asegurada. Y esas cejas… esas cejas… Demos la bienvenida al paradigma del humor. Vale, quizás no sea para tanto, pero abrir Facebook y encontrarse con esto le alegra la vista a cualquier seguidor de lo absurdo. Pero vamos a lo que vamos: el amazi…vale, vale, ya paro, el maravilloso mundo del celuloide. The Amazing Spiderman mola, pero ya se ha escrito sobre la peli. Así que hablemos sobre otra de superhéroes que ya desfiló hace tiempo por las carteleras de los cines: Los Vengadores.
Músculos, trajes ceñidos, superhéroes, un sinfín de efectos visuales y, sí, cosas que explotan, un reparto lleno de caras conocidas, villanos y monstruos deshumanizados e incluso tiernas historias entre los personajes… Es la clave del éxito (y con mayúsculas). Si a esto le sumamos una puesta en escena impecable, una apabullante campaña promocional y la sensación de que asistiremos a una segunda parte, todo ello bajo uno de los sellos de la primera compañía audiovisual del mundo, nos encontramos con Los Vengadores, basada en la popular serie de cómics de Marvel. Una orgía visual que transporta al espectador –una vez más- a unos Estados Unidos y a un mundo en peligro bajo la amenaza de unos malvados bichos –chitauri- a las órdenes del más malvado si cabe aún líder chitauri que trata de hacerse con el Tesseract (y no, no se trata del motor desarrollado por Hewlett Packard). Para colmo de males, este infame personaje trabaja a través del vil “hermano” de Thor, Loki, cuya máxima aspiración en su vida es, como ya deja ver en Thor –la película- hacerse con el control del planeta Tierra. Por suerte el Gobierno tiene preparado un viejo plan de emergencia ante estas eventualidades por el cual entrarían en acción los llamados Vengadores, es decir, Iron Man, Hulk o Bruce Banner, el Capitán América, Ojo de Halcón, la Viuda Negra y un Thor que aparece, empeñado en desbaratar los malvados planes de su malvado hermano. Pero no nos confundamos, se trata del que podría ser el mejor trabajo de la división cinematográfica de los Estudios Marvel. Una cinta que encandilará tanto a los incondicionales de los cómics como a los que acaban de aterrizar en el mundo Marvel. Y es que esto es Marvel en estado puro. Una película que no desmerece en absoluto a sus predecesoras –a modo de prólogo de Los Vengadores- Iron Man (1 y 2), El Increíble Hulk, Thor y Capitán América, el primer Vengador. En definitiva, se trata de lo mejorcito en cine de superhéroes. Aún más si añadimos que los efectos especiales de la película corrieron a cargo de Industrial Light and Magic (división de CGI y FX de Lucasfilm, con películas a sus espaldas como Star Wars, Indiana Jones, Iron man…) y Weta Digital (y su excelente trabajo en El Señor de los Anillos), además de Legacy y Luma Pictures.



Como era de esperar, reventó la taquilla. Según Walt Disney Pictures, matriz de la que dependen los Estudios Marvel, la recaudación del primer día fue de 80,5 millones de dólares. En la medianoche del jueves, a las pocas horas del estreno, 18,7, algo menos que la otra gran producción del año, la adaptación cinematográfica de la primera novela de Los Juegos del Hambre, de Suzanne Collins. Sin embargo, a 13 de mayo, se ha conocido que Los Vengadores ya ha superado la barrera de los 1.000 millones en todo el mundo, 19 días después del estreno. Hablamos de la cuarta película que más ha recaudado, por ahora, de la historia, después de Avatar, Titanic y Harry Potter y las Reliquias de la Muerte segunda Parte. Pero, cifras aparte, hay que reconocer que el mérito no es solo de su tremenda campaña promocional sino del extraordinario trabajo del equipo artístico y técnico de la película. Sí, se puede hacer cine comercial y de calidad. Show me the money!!!


No quisiera terminar sin antes volver a la imagen del principio. Es la risa, de verdad, llamadme loco pero es la risa. Lo dicho, el paradigma del humor… The amazing photo of Spiderman jajaja… Huy, creo que ahora vienen a por mí…

domingo, 22 de julio de 2012

Nananananana BATMAN!

¿Por qué nadie sabe quién soy?
Fuente: Es un fotomontaje bastante
 malo,seguro que su fuente
 prefiere mantenerse en el anonimato
Antes de comenzar esta publicación he de avisar que no soy fan, ni forofa, ni nada por el estilo de ningún tipo de superhéroe, porque todos acaban pifiándola al modo humano, antes o después. Así que para poneros bajo precedentes diré que yo quería ir a ver El dictador, la del hombre de Borat, pero que siendo acompañada por tres caballeros las opciones eran Batman o no ir al cine, así que sabiendo que van a subir el cine y que se convertirá en un bien de lujo (si no lo es ya, ¿¿¿¿9.20 por una entrada???), accedí, sin mucha oposición, a lo que podría llegar a convertirse en una tortura.

Y allí estaba, en la maldita fila 2, intentando abrir los ojos al máximo para albergar una pantalla de dimensiones descomunales y con unas expectativas bastante bajas sobre una saga que todo el mundo adora.  Y, como es habitual, los prejuicios no tenían fundamento y la película, a pesar de ser de un tío que hace de superhéroe pero no tiene poderes sino pasta, estuvo muy muy muy muy bien, incluso diría que espectacular, cosa bastante sorprendente teniendo en cuenta en el momento en el que estamos.

En la actualidad, se trata de dirigir las películas a un público muy específico y, tal vez por eso, se suele ver claramente cuales son sus puntos fuertes y dónde va a ser criticada hasta la saciedad. Es decir, las películas de adolescentes tienen mucho amor, pero poca originalidad, las películas de acción muchos tiros y sangre pero poca trascendencia, a las que tienen trascendencia les falta diversión... Claro que siempre hay algunas que se salvan como INTOCABLE, para mí la gran película de este año, pero en general serán recordadas 2 o 3 como buenas de las miles que se hacen cada año.

Ahí te pudras, maldito
Fuente: Agua
Bueno, a lo que íbamos, Batman. Las películas de superhéroes eran un gran atractivo para aquellos forofos del cómic, pero también para los que fuesen buscando grandes efectos especiales, decorados y maquillajes espectaculares, por qué no decirlo. ¿Y qué ofrece Batman? ¿Por qué es tan buena? Porque a parte de eso ofrece mucho más, un argumento muy sólido, un villano creíble, buenos giros y unos actorazos que convencen desde el principio hasta el final. No basta con tener un buen guión sino también encontrar a la persona que se adapte al papel y que no convierta en burla lo que debería ser miedo o solemnidad, como le pasaba a Tobey Maguire en Spiderman o a Nicolas Cage en todos y cada uno de sus papeles, ese hombre apesta, en serio, es horrible. Pero, continuando, que Christian Bale sea el protagonista ayuda mucho a que la película gane pero si encima le acompañan otros actores como Morgan Freeman, Joseph Gordon-Levitt y Gary Oldman, apaga y vámonos, merece la pena seguro. Además, el reparto femenino, encabezado por Anne Hathaway, tampoco desmerece, ya que la actriz consigue ser sexy y a la vez letal, apartando de la mente el "ideal" de la chica frágil continuamente rescatada por el héroe, que eso cansa.

En el aspecto técnico, los efectos son uno de los ejes centrales de la producción, con muchas explosiones, vuelos y movimientos de cámaras, hay bastantes pero no llegan a cansar porque las escenas de acción y lucha se alternan con momentos de profunda carga emocional. Si hay que poner algún pero diré que las voces no eran de mi agrado, pero eso fácil arreglo tiene yendo al cine en versión original donde, probablemente, las distorsiones tanto de Bale como de Hardy (el que parece un Hannibal Lecter moderno) cuadrarán mejor con su voz real. Pero, por lo demás, el sonido es un elemento con el que el director ha sabido utilizar de manera magnífica y, sin duda, hay momentos en los que juega un papel trascendental, no puedo decir nada más sin haceros un spoiler.

Así que si, como yo, no os gustan las películas de superhéroes, sin duda, os recomiendo El Caballero Oscuro: la leyenda renace, que de superhéroe tiene el título pero como toda buena película tiene la capacidad de sorprender hasta a los que esperaban un fiasco del tamaño de la subida del IVA.


martes, 17 de julio de 2012

Mingote y Mariscal


Buscando algo que hacer el fin de semana encontré un anuncio de una especie de retrospectiva / homenaje a los 40 años de Javier Mariscal y su estudio. La exposición se encuentra en el Museo ABC, un lugar que no me sonaba de nada y resultó ser un “museo de Dibujo e Ilustración” que también ejerce la función de archivo. Es un edificio raro situado en el centro de Madrid, está rodeado por la mugre propia de una ciudad y llama la atención porque tiene una superficie blanca como la leche, está tan limpio que asusta.

Mariscal y sus cosillas
Fuente: el móvil de mi padre
 Cuando llegué allí me encontré con que Mariscal no era el único protagonista también había una sala con la serie de viñetas “Historia de la gente” realizadas por Antonio Mingote (1919-2012) entre 1980 y 1983 para “Los Domingos de ABC”. Las viñetas están divididas por etapas, comienzan en la prehistoria y terminan en el siglo XX, por ejemplo, en la Edad de Piedra los hombres iban a cazar mientras las mujeres se quedaban en la cueva haciendo las labores y se defendían de osos hambrientos,  las pequeñas (y sangrientas) diferencias entre musulmanes y cristianos, entre cristianos y otros cristianos, entre romanos y bárbaros, entre griegos y romanos, entre… bueno, ¿os hacéis una idea no? También vemos la evolución del cuello de la camisa en los siglos XV y XVI como consecuencia de los problemas capilares de la época, ya en el siglo XX aparece la posible confusión entre dos famosos bigotes o las conferencias de paz armadas hasta los dientes. El humor de Mingote no es agresivo ni vulgar pero no por ello deja de ser incisivo, tal vez ese sea el origen de su popularidad, daba su opinión con sinceridad pero sin provocar rechazo.

Juan Carlos I visto por Mariscal
Fuente: el Nokia de mi señor padre
La exposición del Estudio de Javier Mariscal está sujeta a las limitaciones del espacio y por culpa de esto debe dividirse en dos plantas desorientando a los visitantes. Mariscal lo soluciona dejando para el espacio más pequeño los bocetos y pruebas de color de la película “Chico y Rita” (Fernando Trueba y Javier Mariscal, 2010), un vídeo sobre el making-of de esta y en una mesa algunas de las obras que ha publicado, bien sujetas con cadenas no vaya a ser que decidamos llevarnos un recuerdo como quien se manga una toalla del hotel. Antes de entrar en la segunda sala tenemos que pasar por una cortina casera con dibujos y al cruzarla ya hemos entrado en su mundo. El amigo Mariscal no es de los que se conforman, su deseo de no encasillarse le lleva a hacer incursiones en la arquitectura, el diseño de utensilios (cubertería, lámparas, estantes…), la escultura, la creación de logos, bolsas para tiendas, la mascota de los juegos olímpicos de Barcelona 92, carteles… La sala parece la habitación de juegos de un niño, el laboratorio de un científico loco o el trastero de un hippie que aun no se ha reformado y sigue sin convertirse en un hombre de bien, Mariscal se divierte y nosotros lo hacemos con él, por eso la única pega de la exposición es que sabe a poco. 


Los dos invitados del Museo ABC son una buena forma de alegrarte el día. Es una gran oportunidad para echar un vistazo a los trabajos del Estudio de Mariscal, unos diseños que sin darnos cuenta están en nuestra vida diaria y, por qué no, animarnos a ver “Chico y Rita” que ha tenido que cargar con el lastre de cine español y animación para adultos a pesar de ser una de las muestras más originales de una animación española que hasta ahora, y salvo algunas excepciones, solo había intentado seguir la estela de los estudios Pixar y compañía. Por si esto fuera poco puedes acercarte a la labor de Mingote como dibujante e ilustrador y advertir como se hace realidad una de sus frases: “no sé explicarlo, pero yo a la gente la quiero de verdad”.



Historia de la gente de Antonio Mingote
Fuente: ¿hace falta que lo repita?

Podréis disfrutar de Mingote hasta el 2 de septiembre y de Mariscal hasta el 9 de ese mismo mes y supongo que es importante decir que la entrada es GRATIS (de martes a sábado de 11h a 20h y los domingos de 10h a 14h), sin trampas, no te obligan a suscribirte al ABC ni tienes que pagar un impuesto extra por pisar las baldosas.



martes, 10 de julio de 2012

¿Por qué nadie se atreve a matar a la gallina?


La muerte, la infravalorada muerte. Tan temida como necesaria, cuando se comporta de manera justa liquida aquello que sobra. ¿Y qué sobra hoy en día? Los nuevos capítulos de Los Simpson, por supuesto. Sí, es doloroso decirlo pero las historias de Homer y compañía hace tiempo que perdieron la gracia, el gancho y la empatía que en su momento conquistaron a millones de personas en todo el mundo.

Los Simpson son un claro ejemplo de la dificultad que supone cerrar una serie de éxito. Si la serie no encaja desde el principio pues no pasa nada, la eliminas de la parrilla y si te he visto no me acuerdo. En Estados Unidos, haciendo honor al apelativo  “país de las oportunidades”, lo que suelen hacer es pasar una serie que está a punto de morir al viernes noche para ver si así remonta un poco el vuelo, pero casi nunca suele suceder. Lo único que consiguen es ofender al equipo de la serie en cuestión. Es como si eres director de cine y ponen tu peli el sábado a las cuatro de la tarde en Antena 3, la gente ya da por hecho que va a ir sobre un marido que maltrata a su mujer o que la mujer tiene un amante que esconde un pasado muy oscuro (¡¡¡¡¡ES UN CHINO NEGRO!!!!!!) pero, sobre todo, que va a ser un truño del tamaño de Springfield (hey, qué bien hilado).

Pero, ¿se merecen Los Simpson una segunda oportunidad? No, claro que no. Los Simpson se merecen acabar ya, nada de segundas oportunidades. Los guionistas de la serie llevan 11 o 12 temporadas de vacaciones y a este paso va haber más temporadas malas que buenas. Han tenido tiempo de sobra para reflotar la serie y no lo han conseguido, dejando claro que la serie está más muerta que la carrera de Liam Neeson (macho, tú lo bordaste en  La lista de Schindler, ¿qué cojones haces protagonizando una peli con Rihanna?) y que una retirada a tiempo puede ser una victoria. Bueno, en realidad es una retirada un poco tardía pero cuanto antes te deshagas del tumor, mucho mejor ¿no?

¿Renovar una temporada más Los Simpson? Golpe de remo.

Y es que el siglo XXI le ha sentado muy mal a los seres de amarillo (y a la familia de Apu también, aquí todos o ninguno), pero especialmente alarmante es el caso de Homer. Para mí siempre ha sido, con bastante diferencia me atrevería a decir, el mejor personaje de todos. Es más, creo que es el mejor personaje de toda la historia de la televisión, pero lleva varios años en los que ha tocado fondo. Y la culpa la tiene el “genio” que decidió en su momento que, aprovechando el éxito de Padre de Familia, Homer debía parecerse a Peter Griffin. ERROR. Homer es un personaje tan estúpido como ingenioso, una fórmula que lo convierte en único. Si le quitas la parte ingeniosa, te sale Peter Griffin, un personaje que recurre a un humor fácil y estúpido. Sí, Padre de Familia me parece que está algo sobrevalorada, ¿algún problema?

Yo sé que es muy difícil mantener el nivel de las primeras 10 u 11 temporadas, que no todos los días te salen frases tan célebres como “Dios es mi personaje de ficción favorito”, pero si ves que no puedes asúmelo y cierra el chiringuito. Sinceramente no entiendo los motivos que llevan a la FOX a seguir mandando hacer capítulos nuevos año tras año. Si, la serie es la principal marca de la cadena por su longevidad, pero ya está bien. La gallina de los huevos de oro debe morir algún día porque ya no da dinero por su presente si no por su pasado, su pasado más profundo. En tema de merchandising seguirá generando millones, sobre todo en España, donde las nuevas generaciones que apenas hayan visto ocho veces los dos capítulos sobre el “asesinato” del Señor Burns  (las comillas son un spoiler, qué malote soy) podrán deleitarse unas 15 veces más al año de cada uno.

No sé si el final de la serie está cerca o lejos, pero lo que tengo claro es que Los Simpson no dan para más. Por mí, se acababa mañana mismo aunque eso suponga dejar huérfano al mundo de las series animadas. Porque, una cosa está clara, no hay relevo. ¿Padre de Familia? Parece la principal candidata pero el papel le queda bastante grande. ¿Futurama? Es una serie que me encanta pero todos sus episodios son de 7, ninguno de 10. ¿American Dad? ¿El show de Cleveland? JAJAJAJAJAJAJA. Anda me he reído más con este comentario que con estas dos últimas series. En fin, que siempre estaré eternamente agradecido a Matt Groening, pero cuando Homer me mire a los ojos y me diga “Guapito, ¿más patatitas?, le diré “Si encanto, patatitas todas las que quieras pero episodios nuevos de tu familia no, gracias”.

Yooo, no tengo gracia porque Seth Mcfarlane me ha hecho así.