domingo, 17 de junio de 2012

Los asalariados de Rafael


Una de las muchas teorías sobre la muerte de Rafael (1498-1520) afirma que tenía una vida sexual muy activa y esto pudo agravar una enfermedad pulmonar, eso nos enseña a no subestimar la importancia que tiene dormir ocho horas y mantener las defensas altas. Una vez captada vuestra atención con estos datos de vital importancia no quiero que creáis que el pintor era una especie de artista-gigoló y luego os llevéis una sorpresa cuando solo veáis una sucesión de vírgenes, querubines y santos, ¡estáis avisados así que nada de reclamaciones!
El Museo del Prado en colaboración con el Louvre ofrece hasta el 16 de septiembre una exposición llamada “El último Rafael” que se centra en los últimos siete años de vida del pintor y el trabajo de sus discípulos Gianfrancesco Penni (1499-1546) y Giulio Romano (1499-1546).

Retrato de Baldassare Castiglione, Rafael.
Fuente: museodelprado.es
Retrocedamos al siglo XVI donde en el Renacimiento italiano convivían genios de la talla de Leonardo Da Vinci, Miguel Ángel, Ticiano o Durero, las ciudades estaban orgullosas y trataban de asegurarse los servicios de estos maestros. Rafael era uno de ellos y tenía un taller muy popular, no daba abasto con tanto trabajo pero un día descubrió las ventajas de la producción en serie y así es como nosotros sufrimos hoy las consecuencias de su apretada agenda. Por eso tenemos que leer los carteles informativos que acompañan a las obras para saber el lóbulo de qué oreja pintó Rafael, en otras ocasiones la autoría te la señalan como “Rafael y taller” que traducido al lenguaje de la calle es “por probar no se pierde nada y si acierto pues eso que me llevo”. La sensación con la que te vas es que salvo en los casos en que solo aparece su nombre no pueden asegurarte qué pintó, ¿la cabeza, la mano, tal vez los personajes centrales? Una de las salas termina con tres retratos seguidos pintados por él para que te quedes con buen sabor de boca porque tampoco te creas que vas a ver muchos más. Es curioso que el nombre de RAFAEL sea lo más destacado en la publicidad de la exposición, debe de ser una ironía.
Gianfrancesco, uno de sus ayudantes, tenía un talento especial para dibujar niños similares a extraterrestres y para que cualquier pose pareciera antinatural, gracias a esto la sala dedicada a su pintura es la más aburrida con diferencia. A continuación vemos la sala de Giulio Romano y la vida mejora un poco pero no demasiado porque en general creo que lo mío no son las vírgenes y los santos.





San Miguel. Rafael y taller (?)
Fuente: wikipedia.org
Espero que nadie piense que menosprecio a Rafael y si es así prometo hacer una entrada alabando sus virtudes pero es que “El último Rafael” es un nuevo sinónimo de tedio. Son interesantes los detallados retratos ya mencionados, los bocetos previos a las obras y su búsqueda de la composición idónea, la influencia de Miguel Ángel y Da Vinci, el uso de los rayos infrarrojos para analizar “La Transfiguración”… pero no es suficiente y ahí es donde se dirige esta crítica, al por qué de esta exposición. Por otro lado tengo ganas de meterme con la organización del museo que normalmente es ejemplar y establece horarios para entrar en aquellas muestras que saben que tendrán mucho público, en este caso han decidido no hacerlo así que había un montón de gente ruidosa que se aglomeraban como moscas delante de los cuadros, personas tan aburridas como yo que no se atrevían a admitirlo porque estaban viendo a Rafael y lo único que hacían era estorbarse los unos a los otros.
Lo bueno es que la entrada es general (12 euros y gratis para menores de edad o estudiantes), eso quiere decir que además de la exposición temporal puedes pulular por el museo y ver lo que te apetezca de las salas permanentes para poder recuperar la fe en el género humano. En mi caso la solución fue El Bosco y la sala de la pintura flamenca, el antídoto perfecto contra la trillada temática religiosa.
Dicho esto os animo a olvidaros de todo lo que acabo de decir, a que os acerquéis a la exposición y la disfrutéis para luego poder llevarme la contraria alegremente.

E.T. es lo más parecido al Hombre Mierda que he visto en mi vida

Por una de estas catastróficas desdichas de las que no sabes ni cómo ni cuándo, ni dónde ni por qué, ni si es  Kim Básinger o Basingér, me encontré con que en el Feisbuc unos amigos iban a ir de soslayo a un espectáculo tal que la virgen lloró sangre y Paquirrín trabajó. ¡Qué hombre Paquirrín eh?! Chapeau! Me quito el sombrero ante su soberbio don, porque esto es un don, de no hacer nada, que te paguen y tirarte a la tía más buena que podías imaginar. Y sin defender a los enanos ni nada. Libre, como el pedo nuevo. Libre como, no sé, David Meca salvaje.

Jejejeje ¿Sabéis qué hace en su vida? Nada ¿Lo pilláis? Del verbo nadar JAJAJAJAJAJA No, al manicomio otra vez no!!

Bueno, pues al final resultó que gracias a una página de Internet de la que no diré el nombre (¡pero yo sí, Atrápalo! +¡A que te mato!), conseguí agenciarme una entrada para el show, el cuál consistía en una horaza y media (si digo horaza siguen siendo 60 minutos, pero 60 minutos hechos de 60 segundazos) de monólogo del cómico al que tanto admiro, venero, deifico, rezo e incluso sacrifico algún que otro cani por él, Ernesto Sevilla. Para quien no lo conozca diré que es Ernesto Sevilla (-Ernesto, te presento a quien no te conoce. Quien no le conoces te presento a Ernesto Sevilla). Y ahora que estamos todos presentados diré que a pesar de la turba ingente que allí se aglutinó sin miramientos por el horario infantil ni parafernalia varia, estuve en primerísima fila. Y entonces él llegó con su corcel blanco y su espada en forma de micrófono (Toma metáfora loca ahí, que ni Bécquer vamos) y se dispuso a soltarnos la mandíbula. Y claro, yo estaba en primera fila, y me miró y me sonrió, y,... ¿sabes de esas veces que crees que estás en el momento adecuado y en el lugar adecuado? Pues yo no lo estaba, porque nada más empezar a hablar soltó un gapo que me cayó en todo el ojo izquierdo... aún lo conservo en mi cuarto.

A lo que iba mequetrefes. Que estaba yo disfrutando todos y cada uno de sus gags, de sus historias sin sentido, de su voz que cambiaba de registro como las avestruces, cuando me di cuenta de una cosa: menuda pedazo de tamaña cabeza tiene el tío este, y en cuanto lo dije, empezó a hacer chistes él mismo sobre su cabeza (sobre su cabeza superior, la que tiene el cerebro, que nos conocemos diablillos). Y sentí que entre nosotros había feeling. Bueno, feeling y un escaso metro y medio de aire.

Tengo tal cabeza que al calcular la renta per cápita a mí me cuentan por tres (Esta es  fina eh?)

To another thing, butterfly (traducir para entender la rima graciosa). Yo no paraba de despollarme, cayéndome sobre el escenario, aplaudiendo como una morsa cuando se te queda la risa sorda que no sirve para nada, cuando, sin venir a cuento, el señor mayor que estaba a mi lado, cuyo nombre era Cristóbal, fue requerido al escenario por una simple razón: era igual que Rubalcaba. Pero es que era clavado. Cristóbal era más parecido a Rubalcaba que Rubalcaba per se. Una cosa bárbara. Total que empezaron una serie de chistes, de los cuales algunos ya me conocía por un programa de televisión, el cuál no nombraré (¡pero yo sí, El Club de la Comedia! +Te lo avisé... -AAGHHAGGAHH). Aún así los iba mezclando con partes desconocidas que hicieron las delicias de los que allí nos congregábamos ante un mesías moderno. El monólogo versó sobre temas tan dispares que anexionarlos a buen seguro fue un arduo trabajo ...

...

MENTIRA! El monólogo sí que se sirvió de un montón de temas pero la forma de unirlos es como tener una conversación con tu madre: -Mamá, creo que voy a suspender. +No digas eso hijo, y ¡tápate la boca si sales a la calle!  -Que sí mamá, que me ha salido fatal el examen. +Bueno pues otra vez será, y que sepas que la zanahoria es buena para la vista. Pues más o menos fue así para que me entendáis. Eso sí, habló de política, del fin del mundo, de sus padres, de su infancia, incluso de los extraterrestres, que ya ves tú qué tendrán que ver los extraterrestres con el fin del mundo, porque con política vale, pero con el fin del mundo (Esto es humor inteligente amigos).

E.T. jugando a los marcianitos (Esta es sutil también)

Total, que pasada la horaza y media, y tras haber habido (pongo esto para que no me den el Pulitzer tan rápido) un descanso de 10 minutos en el que se despidió al ritmo de Back in Black de AC/DC, pues subió de nuevo a tres personas del público (entre ellas Cristóbal, que si hubiera llorado, de sus ojos habría emanado whisky) para que cantaran con él, a modo de despedida, la canción de esa palabra que se está perdiendo su uso de forma paulatina: Hijodeputa. Y la cantaron. Y la cantamos. Y David Meca cantó. Y mi gapo cantó.

Mis gafas de natación me dan PODEEEEEEEEER

Pues lo dicho. Si alguna vez podéis, ved algunos de sus monólogos, pagadle a ese hombre para que coma y siga vivo, pueda hacer más monólogos, yo pueda seguir viéndolos, haga otra entrada en este blog, vosotros la leáis, yo os pida que si alguna vez podéis, vayáis a ver algunos de sus monólogos, con lo que él pagará su comida y seguirá vivo, hará más monólogos, yo iré a verlos, y etc, etc, hasta que Paquirrín tras el fin del mundo haga algo y nos dominé a todos.

Y al séptimo día, la genética dijo: 'Con esta familia me voy a despollar'







sábado, 16 de junio de 2012

Ni se os ocurra retwittear esto

De cara a buscar un enfoque para el tema del cual os quiero hablar, como en mi fastuosa carrera me están enseñando que siempre he de hacer previo a soltar las mierdas ególatras y egocéntricas indispensables para sacar adelante un artículo de opinión (consúltese la entrepierna de Arturo Pérez-Reverte al respecto), la tarea se revela algo caótica. Porque La elegancia del erizo es una novela que a nadie dejará indiferente (o eso nos harán creer), y su naturaleza de best-seller francés (que asegura buen gusto), de historia sobre la vida (que tanto le gustan a Terrence Malick), y de cuento améliesco (que me acabo de inventar), asegura que, aunque se te atragante y te lo leas sólo presionado por la insulsa comunidad intelectual del momento, tengas que hablar de él y proclamar que su lectura ha enriquecido tu espíritu hasta límites insospechados. Porque cómo no suspirar extasiado ante un párrafo así:

Extraño concepto este de la supuesta ignorancia o inconsciencia de uno al hacer o decir algo. Para los psicoanalistas es el fruto de las maniobras insidiosas de un inconsciente oculto. Qué vana teoría. En realidad es la marca más visible de la fuerza de nuestra voluntad consciente que, cuando nuestra emoción se erige como obstáculo, recurre a cualquier ardid para lograr sus fines.

"¿Mandeeeeeeeeee?"

   Si este recorte del libro de ética os ha dejado indiferente, enhorabuena, sois seres humanos. Pero es con la asimilación y exaltación de cosas de éstas cuando la tontería se extiende y dibuja un entorno cultural no ya en decadencia si no en plena caída libre, en el que está tan de moda meterse con los tochos de Dan Brown y Ken Follet (siendo este último, mal que nos pese, el que mejor ha sabido describir una escena de sexo en mucho tiempo), como defender a capa y espada libritos de semejante calidad en su conjunto pero nacidos por pluma francófona o, tomad aire, asiática. Con los latinoamericanos no me meto porque escriben muy bien, las cosas como son. 
   Partimos de la base de que un libro así, de ser español, no se vendería una mierda. Si se ha hecho tan popular ha sido de oídas y porque a una gran parte de la población le gusta eso, comprar libros de títulos originales y mostrarlos como quien no quiere la cosa en el metro. En esta estela tenemos los libros de Millenium (más malos que un dolor), la bibliografía al completo de Albert Espinosa (donde en ocasiones el título acumula más palabras que el volumen en sí), la trilogía del amor toscano de Federico Moccia (compuesta por Perdona si te llamo amor, Perdona pero quiero casarme contigo y Perdona pero te la voy a meter por el culo), y los delirios psicotrópicos de Haruki Murakami, que no es que tengan encabezamientos raros pero son japoneses. ¿Veis? Los españoles no somos unos catetos, es cosa de la mala publicidad que nos hacen Almodóvar, Eurovisión y (sí, algún día le tenía que mencionar) Marianico. Somos de lo más cosmopolita de Europa, y leemos novelas de nacionalidades cualesquiera, exceptuando la británica y/o estadounidense. Los de Juego de Tronos no cuentan.
   Y para pasar por el aro no tenemos más remedio que leer y paladear (porque es de estos libros donde las palabras, las frases y los manchones de tinta han de ser saboreados cual ínfimas viandas de nouvellé cuisine) cosas como La elegancia del erizo. En ésta tenemos a dos personajes que llevan el peso de la acción (si consideramos que hay tal cosa). Por un lado está Renée Michel, la portera cincuentona de un bloque de pisos en el que todos son muy ricos, neoliberales y repelentes (porque como quieras ser transgresor y no le des caña a la burguesía lo llevas claro). Ésta, bajo su fachada vulgar, esconde una inteligencia extraordinaria; lee a Tolstoi y a un montón de filósofos, ve películas japonesas que no son de Kurosawa (por suerte para ella), y tiene una cultura musical apabullante, que va de Mozart a Eminem (sin coñas). Un personaje complejo y con un dilema enorme que le impide mostrar al mundo sus excepcionales facultades por miedo a que se repita alguna chorrada que acaeció en el pasado. ¿No os dan ganas de llorar? A mí tampoco.

O "El arte de vender churros colocando a la Torre Eiffel en la portada"

   Por otro lado tenemos a Paloma Josse, una niña súper dotada de 12 años sin cuya presencia el libro habría ido a la basura sin contemplaciones. Pertenecen a esta chiquilla los mejores fragmentos de la novela, aquéllos en los que expone sus reflexiones sobre el absurdo mundo de los adultos y madura la idea de suicidarse un día de éstos. Quieras que no, eso tiene su gracia. El otro personaje importante es el señor Kakuro Ozu, un señor muy listo y muy educado al que tampoco le gusta Kurosawa. Su llegada al vecindario causa un revuelo increíble, por supuesto, más que nada porque es japonés, y todo lo japonés mola.
   La narración no bien ha presentado los personajes cuando bruscamente concluye, y descubres que apenas ha pasado nada (excluyendo el final, tan dramático como burdamente efectista). Algunos podrán argüir "Lo que importan son las imágenes filosóficas, no los hechos narrados". Qué daño ha hecho Paulo Coelho. Sin faltar a la señora Muriel Barbery, la autora, porque indudablemente está bien surtida de ingenio y sabiduría, ¿vamos a considerar un libro como bueno sólo porque sea filosófico y profundo de cagarse? Cambiemos "libro" por "novela" y proclamemos con total impunidad que en una buena, una novela genial que trascienda a la vida, al ser y al Espíritu Santo, la filosofía se ha de extraer del contenido, no acaparar egoístamente la totalidad de éste. Shakespeare, Cervantes, Dostoievski, Cortázar... éstos sí consiguen que su prosa rezume filosofía sin mentarla una sola vez, y supongo que por eso son los artífices de aquellos clásicos atemporales que nunca está de más revisitar (¿por qué nadie lee a Dostoievski en el metro, copón?).
   Por el contrario, si quieres escribir filosofía per se, haz como el insigne Emmanuel Kant: reclúyete en tu casa, no te relaciones con nadie, mátate a pajas metafísicas y publica un montón de cosas que nadie leerá pero que aglutinarán en sus páginas todo el saber del mundo contemporáneo. Pero no las disfraces de best-sellers, por favor. Que igual te las compran. O hacen películas inspiradas libremente en ellas como, de hecho, ha ocurrido con la obra que nos ocupa.

El título fílmico despoja de toda elegancia al original literario............ ¿demasiado sutil?

   Resumiendo que igual me estoy explayando, ¿es La elegancia del erizo un mal libro? Realmente no, pero como novela deja bastante que desear, en cuanto a que no tiene una trama consistente ni unos personajes demasiado interesantes (con la honrosa excepción de Paloma). Todo en ella desprende un tufillo intelectualoide que igual les pone burros a los modernillos, pero que a mí me repatea bastante. Luego la gente alabará su feroz crítica a las desigualdades sociales, su canto a la vida y al Arte (ni se os ocurra ponerlo en minúsculas)... Lo de siempre.
   Y es un poco lo más alarmante de todo. Que parece que, en la actualidad, ya no quedan buenas ideas que traspasar a la literatura. Entre ésta, el cine y lo mal que está todo de por sí, parece que ya se han agotado los temas. Dicen por ahí que la crisis agudiza los ingenios y las creatividades del pueblo llano, que como no trabaja, le da por pensar, pero qué queréis que os diga, yo el mayor derroche de elocuencia últimamente nada más que lo veo por Twitter. Y eso es un despilfarro, una vergüenza y un vil ataque a la memoria del Siglo de Oro, paupérrima época en que la gente, en vez de twittear y preocuparse por los RTs, los Favs y demás mamonadas de similar hondura, le daba por personificar buscones, idealizar lazarillos e impulsar quijotes.
   Así que ale, todos a escribir en un cuaderno lo primero que se os pase por la cabeza. Coño.

jueves, 14 de junio de 2012

Progresistas, conservadores y el quejarse por quejarse


“Bua, alguien ha escrito de política en el blog”, “¿Política en un blog de cultura? ¿¿¿¿¿¿PERO ESTO QUÉ ES???????”,”Palabrejas de abejas, tú antes molabas”. Supongo que alguna de estas reacciones habrá sido la tuya al ver el título de este post y deducir que tratará sobre política. Error. El propósito de esta entrada es hablar sobre un dilema que ha perseguido, persigue y perseguirá  a la música hasta el fin de sus días. Tampoco te pienses que queda mucho para eso, pues si seguimos las predicciones de unos seres que iban todo el día en calzones (con esta descripción cualquiera no se fía de ellos) el chiringuito se cierra en diciembre. Chiringuito en diciembre, con qué maestría relaciono temas tan opuestos. Bueno, a lo que iba. En la música hay dos frases temibles que todo fan de un grupo o solista no quiere oír. La primera es evidente, “me tomo/nos tomamos un descanso”. Si esta frase la dice Ross Geller pues tiene gracia, pero solo si la dice él. Tomarse un descanso en sinónimo de período de inactividad, por lo que el fan tendrá que ir a IKEA a por una silla (que no a por las suecaaaaaaaaaaas), montarla y esperar sentado en ella a que su grupo/artista preferido saque un nuevo disco. 

En Suecia no decimos "a por las suecaaaas" porque todas lo somos.
 Aquí decimos "a por ellaaaaaas". Jijijijijijijiji soy rubia

Pero lo peor no es el tiempo de espera sino las ideas que pasan por la cabeza de los artistas. Puede ocurrir que el nuevo disco siga con el estilo de los anteriores, que sería lo normal, o por el contrario que el nuevo trabajo tenga un aire… dejémoslo en diferente. Mal asunto si se trata de esto último porque la música nos ha demostrado en múltiples ocasiones que cualquier cambio de estilo es igual a un pedazo de mierda del tamaño de (chúpate esa) Milwaukee. Y nosotros, inocentes humanos, iremos raudos y veloces a descargarnos los nuevos temas a pesar de que los propios artistas ya nos habían avisado previamente de que las canciones estrenadas iban a ser…eh…como decirlo de forma suave….ah sí, MALAS!!!!! ¿Y cómo nos lo advirtieron exactamente? Muy sencillo, el procedimiento es el siguiente. El cantante o grupo en cuestión concede una entrevista a un medio de nivel o a la Rolling Stone y ante la típica pregunta ¿qué diferencia hay en este disco respecto a los anteriores? el artista soltará la siguiente perla, segunda frase más temida de un músico: “bueno, es un disco más íntimo, experimental. A los fans al principio les sorprenderá un poco pero acabará gustando” Cágate lorito. ¿Íntimo? ¿Experimental? Yo creo que íntimo y experimental son eufemismos de “joder, este disco es infumable pero si utilizo estas palabras llamaré la atención de algún gafapasta y caerá en la trampa. Muajajajajajaja soy supermalvado, nena”.

Yo, conservador musical, prefiero que mi grupo favorito haga siempre el mismo tipo de música. Renuncio al factor sorpresa pero me ahorro decepciones, la peor de las sensaciones. ¡¡¡Anda si rima!!! Pero parece que la gente no lo tiene tan claro y critica ambas posturas. Como mi terreno es el rock y el metal pondré un ejemplo al respecto. AC/DC ha hecho 14 discos de estudio y todos con un sonido similar, y las críticas al respecto han sido feroces. Aún así, a pesar de repetir su fórmula una y mil veces se ha convertido en la mejor banda de la historia, no ya solo del rock, sino en general. ¿No estás de acuerdo? Pues lo siento, el post es mío y pongo lo que me da la gana. En el lado opuesto tenemos a Metallica, los “vendidos” del metal, un grupo criticado y alabado a partes iguales que si ya en 1991 nos sorprendió con un metal más comercial, en 1996 directamente abandonaron el metal. Decidieron que ya era hora de cuidarse el pelo (de hecho se lo cortaron), echarse desodorante en los sobacos y abandonar las vestimentas oscuras en favor de las camisas hawaianas. Y a pesar de estos cambios son la banda de metal más famosa y rica (que para eso esto es un negocio) de la historia.

Con este ejemplo quiero decir que si cambias de sonido te lloverán palos y si haces siempre el mismo tipo de música también. Moraleja: hagas lo que hagas ponte paraguas. Y si esto no te gusta pues siempre puedes seguir el ejemplo de Dover, que pasó de hacer grunge a…eh…eh…cosas, pasó a hacer otras cosas y va diciendo a artistas noveles que siempre sean fieles a su estilo. En fin, menos mal que el diablo sabe lo que quiero.


miércoles, 13 de junio de 2012

No hay título porque el metro se ha retrasado

-Bueno, bueno, bueno, ¿de qué hablamos hoy Grenouille?

+No sé, tú dirás.

-¿Qué te parece de la Eurocopa, así de primeras? Además, que ahora no pasa nada si dices que eres español y lo cantas como si te fueran a robar las cuerdas vocales, si pones tu bandera en la ventana como si el resto del año no fueras español sino neozelandés del norte (los del sur son algo más cochambrosos en esos términos), si pasas las páginas naranjas de los periódicos (las económicas queridos Adam Smith  en potencia) sólo para ver cómo quedó ayer el Dinamarca vs. Portugal, un partido de un interés supremo que a buen seguro decidió quien de los dos países es la mayor potencia mundial actual. No pasa absolutamente nada, porque ahora sí que somos todos muy españoles y no nos importan temas como el paro, la sanidad y demás parafernalia que nuestros grandísimos políticos (de cualquier opción política) se encargan de mejorar día a día. Por que  ¿a quién le puede importar la educación de su hijo si LA ROJA levanta la Eurocopa? En España las prioridades son las prioridades...

Hola, soy Adam Smith, y NO estás leyendo esto con mi voz.


+Veo demasiado politiqueo aquí. Y este blog no tiene inclinación política, que lo sepas.

-Yo no hablo de inclinación. Aquí ya no tenemos ni balanza (símbolo de la justicia... ¡ups!), pero me estoy imaginando yo a los griegos si ganan la euro todos felices y sacando las banderas. Un poquito de por favor.

+Mira, yo esta temática no la veo para un blog, mejor hablamos de, yo que sé, los dromedarios que se creen camellos.

-Humm... ya sé! ¿Por qué no hablamos de la música en la actualidad?

+Broza.

-¿Del cine en 3D?

+Pasapalabra.

-¿Del nuevo disco de Supersubmarina?

+Oye, pues no es tan mala idea, ¿sabes?

-Por supuesto que lo sé.

+Bueno y,... ¿qué te pareció?

-Se les ve más seguros de lo que hacen. Han cogido unas melodías bastante rockeras, temas cercanos al amor o, en su defecto, al no amor y lo han plasmado en, yo creo, su mejor disco sin lugar a dudas.

+A ver, a mí a veces me chirría un poco que las letras sean tan, cómo decirlo,...

-¿Tan poco dadas a la subjetividad? Sí, es cierto, pero en ese aspecto son menos indie que por ejemplo Vetusta Morla. Son diferentes estilos. Pero en lo suyo son bastante buenos ¿eh?

+¿Qué es lo mejor del disco entonces?

-Que se acabe. Eso significa que lo has escuchado entero.

+Oye, pues a mí que me medio convencieron con aquel single 'Puta Vida', creo que me lo voy a pillar.

Al final nos comimos al cámara

-...

+...

-No hay que mezclar el tocino con la velocidad.

+Po no está bueno ni ná.

-¿Qué dices hippiycolgao?

+Nada, como nada de esta entrada tiene sentido, pues te proponía hablar del metro de Madrid, capaz de subir las tarifas y, en vez de dejarlo como estaba, que estaba precioso con sus guardias, su gente corriendo, sus escaleras mecánicas detenidas que no hay nada que me joda más, pues va y encima recorta trenes y tiempo. Es que los tienen cuadrados.

-Pues más te vas a cabrear cuando sepan que han puesto con ese dinero unos aspersores anti-incendio que no mojan a los pasajeros...

+¿Y al fuego sí? ¿Qué cojones tienen dentro, agua inteligente? ¿Un Blastoise?

-Prefiero no saberlo, como diría Belén Esteban.

+...

-...

+Te gustan los silencios incómodos ¿no?

-...

+...

-Es que estaba pensado que la hemos liado. Que hemos hablado de todo y no de lo que teníamos que hablar.

+Osteoputa, es verdad. ¡Las avestruces!

Tú siempre tan oportuno, Bruno

Y hasta aquí la entrada del blog de hoy. Tal vez penséis que es una caca, que tiene forma de caca, pero no os dejéis engañar: es realmente una caca.

Pedofilia, cocodrilos y escoceses sin falda

Tú no eres como los demás. Ellos sólo quieren saber cómo atraje, dominé, follé, maté y oculté. Pero tú estás absolutamente desesperado por conocer el porqué. Quieres que te cuente que me porculizó mi padre o el párroco o lo que sea. En tu mente de pigmeo siempre tiene que haber una causa y un efecto. Pero lo único que haces es proteger a otros peleles como tú, Lennox. No puedes admitir que el hombre sea un cazador, un depredador. La sociedad civil se fundó para proteger a los débiles y cobardes, da igual que sean pobres o ricos; de los fuertes y los virtuosos, de aquéllos que tienen el valor de convertir en realidad el destino de la especie y las agallas de coger lo que desean (...). Todos los cuerpos de policía de Reino Unido estuvieron buscándome durante cinco años sin tener ni puta idea de dónde estaba. Durante todo ese tiempo yo estuve presentando quejas en la comisaría local por vandalismo o por el ruido que hacen los pubs mientras vosotros hacíais lo imposible por ayudarme...

Tan perturbador fragmento pertenece a la novela Crimen, de Irvine Welsh, un autor escocés de bastante mal carácter cuyo primer trabajo, publicado en 1993 y titulado Trainspotting, le catapultó a una fama muy merecida y bien aprovechada, con varias y prolíficas novelas y algún que otro libro de relatos que, sólo por el título (Si te gustó la escuela te encantará el trabajo), tiene que estar muy bueno. Ah, y lo de mal carácter es probable que no sea más que una licencia literaria mía, influida por la combinación de la visceral agresividad y sesudo nihilismo que transmite su obra, y de la silueta de Willie, el simpático jardinero escocés de Los Simpson.

"J.D. Salinger es un jodido boyscout comparado conmigo"

   Sea como fuere, Crimen es un libro, apresúremonos a aseverar, muy chungo. Tanto por la temática por el modo en el que está escrito. La sinopsis (y no sipnosis, como creí que se pronunciaba durante diez embarazosos años) daría cita a policías corruptos, a drogadictos y a un montón de pederastas, con varios personajes que, de hecho, coinciden en todas estas facetas; y dibujaría un ambiente malsano y amenazador, el de la turbulenta Miami de El precio del poder y de Corrupción en, exacto, Miami. En resumidas cuentas, tenemos a un policía escocés llamado Ray Lennox que acaba de resolver un complicado caso de asesinato y pederastia en su tierra natal, un caso que, por ciertas reminiscencias a un horrible suceso de su pasado (y qué bien queda siempre soltar una frase de esta guisa, ¿eh?), le ha dejado bastante hecho polvo. El señor Lennox es ciertamente un encanto de persona, drogadicto, paranoico, de mal carácter, violento y, en definitiva, con más traumas que Sofia Coppola tras abandonar el instituto. También tiene, por endosarle más clavos a la cruz, como novia a Trudi Hayes, una chiquilla guapa y simpática que le irrita cada vez más. Con el beneplácito de los lectores a este respecto, porque la pobre llega a ser verdaderamente insoportable en muchas ocasiones, con sus Oh, no, Ray, vuelve a casa; ¿Qué estás haciendo, Ray?; Ray, ¿por qué ya no me miras cuando lo...?
   Pues bien, Lennox, sin darse mucha cuenta, se ha prometido con tal enervante ser, y está de vacaciones forzadas, mientras preparan la boda, en Miami, una ciudad agobiante y absurda cuya mayor atracción, aparte de la facilidad con la que se pilla farlopa, reside en un peculiar monumento a las víctimas del Holocausto ("¿y qué cojones tendrá que ver Miami con el Holocausto?", se pregunta acertadamente nuestro protagonista). Tras su enésima discusión con Trudi, Lennox se pone hasta el culo y se despierta al día siguiente en un piso que no conoce y viéndose en la descacharrante vicisitud de hacerse cargo de una niña de diez años llamada Tianna, a la que por una serie de circunstancias tendrá que llevar al otro lado del estado de Florida (Miami) en el menor tiempo posible. ¿Excusa para forjar una entrañable historia de amistad e inéditos vínculos paterno-filiales entre un huraño policía de buen corazón y una encantadora e inocente niña? Si estuviéramos en Hollywood, automáticamente, sí, pero Irvine Welsh es un tiparraco retorcido y en lugar de eso prefiere tejer un suspense inmejorable disponiendo que Lennox y Tianna (que por cierto de inocente tiene más bien poco) se vean perseguidos por una red de pedófilos que han secuestrado a la madre de la niña y planean hacer lo propio con ésta, con intenciones más lúbricas, claro. Por el camino, Lennox deberá enfrentarse a los fantasmas de su pasado e intentar reconstruir su vida marcada. Lo típico, sí, pero mejor que nunca.
   Irvine Welsh fue el causante indirecto de que Danny Boyle dirigiera Trainspotting, una de las mejores películas que me he echado nunca a la cara, y desconozco la medida en que su guión tomó prestados pasajes de la novela, pues no la he leído, pero este tipo, de cualquier modo, los tiene cuadrados. Crimen rezuma toda la energía y violencia de la que, Ewan McGreggor y Lou Reed mediante, hacía gala el film de Boyle, con unos diálogos rápidos y soeces, unos personajes del gris más oscuro y, sobre todo, un humor negro pasado de rosca sencillamente delicioso. Ver, si no, cuando aparece sin venir a cuento un cocodrilo gigante y hace estragos, o algunos diálogos bastante subidos de tono entre Lennox y Tianna.

El adorable cocodrilo de marras

   Además de toda esta energía que impulsa eficazmente la lectura (salvo en el bastante soporífero comienzo, que la historia tarda como doscientas páginas en despegar), Welsh consigue un logro muy importante en su caracterización de Ray Lennox. La mayor parte de la trama de Crimen (dividida en dos líneas narrativas, la del horrible pasado de Lennox y la de su atribulado presente) la observamos a través de sus ojos, y es con diferencia el personaje más trabajado y psicológicamente complejo, ganando que el lector empatice (que no simpatice, porque el tipo es, para qué nos vamos a engañar, bastante capullo) con él, y que sienta en carne viva sus golpes, sus resacas y sus paranoias. El andoba ve pederastas por todas partes, lo que se dice todas, y nosotros llegamos a sentir como nuestras sus neurosis y su tensión. Porque lo mejor del libro es eso, el genuino suspense que transmite, y es que es un no parar desde que los dos protagonistas se conocen (la niña está muy bien dibujada también, con pinceladas breves pero precisas) hasta la traca final, con tiros, hostias, sangre y más tacos, como estaba previsto. 
   Una gran novela policíaca, de ésas que aparte de estar bien escritas y conseguir enganchar (el logro máximo al que puede aspirar cualquier obra literaria) ilustran sobre temas incómodos de la actualidad, como es el caso de la pederastia, el abuso de menores, las drogas, la violencia en el deporte (sic) o incluso los trolls de Internet. Casi diría que se trata de un libro necesario, pero lo mismo es demasiado entretenido y divertido en su siniestro modo como para merecer tal consideración. Leedlo y punto. 

lunes, 11 de junio de 2012

Érase una vez un “ORTO”… que siempre ganaba en Francia


Nadal podría haber llegado a la final de Roland Garros sin sudar ni una gota, pero ya sabemos cómo es así que ha intentado mantener los ánimos calmados y no fliparse demasiado. Es cosa suya, pero yo era de la opinión de que en la casi segura final Djokovic / Nadal había perspectivas de que el español le diera una pequeña paliza al serbio, menos mal que no aposté todo mi dinero. El fútbol no es el único deporte imprevisible y Novak ha estado en su línea, dando guerra. Como es tradición en el torneo la final se jugó en domingo pero la lluvia (que también es un fijo en el abierto) hizo que aplazaran el partido hasta el lunes cuando iba 6-4, 6-3, 2-6 y en el cuarto set el serbio calentaba motores para una remontada con un 1-2. Suerte para Nadal porque rompía así la dinámica del número uno y aprovechaba para descansar unas horas que no vinieron nada mal si tenemos en cuenta que cerró el cuarto y último set con un 7-5 mejorando su saque, con pocos errores no forzados y un juego agresivo que le permite dejar por los suelos otro record más con siete Roland Garros.

Novak Djokovic y Rafael Nadal
Fuente: rolandgarros.com
El elemento de los españoles es la tierra, Almagro y Ferrer han hecho un buen torneo aunque para este último tiene que ser duro saber que está haciendo la mejor temporada de su vida, que es el segundo en tierra batida pero aún así está a tanta distancia del primero que no tiene ninguna posibilidad. Verdasco que casi siempre está a por uvas pierde su oportunidad de representar a España en los Juegos Olímpicos mientras que Granollers se muere de ganas por ir en su lugar. Los franceses se volvieron a quedar sin un compatriota en la final pero nadie pude decir que Tsonga no hizo lo que pudo. Y el gran Federer una vez más demuestra que ser el número tres del mundo no es una razón para pensar en retirarse como algunos listillos sugieren cada dos por tres.

Final de Roland Garros
Fuente: rolandgarros.com
 En el cuadro femenino hemos tenido varias sorpresas: Serenna Williams caía en primera ronda ante Virginie Razanno (sorpresa de las gordas), también cayó Radwanska que aún no se hace a la tierra, en segunda ronda nos dejó Marion Bartoli (la esperanza para los franceses) y en tercera ronda abandonó la academia Wozniacki. Ivanovic, Schiavone (tercera ronda) y Kuznetsova (cuarta ronda) se quedaron por el camino aunque con un poco más de dignidad.
Como ya nos tiene acostumbrados la WTA en los últimos tiempos ser favorita y llegar a un torneo con buenas sensaciones es casi una sentencia de muerte más que un punto a tu favor. Tras Roland Garros el ranking de las chicas va a tener que hacer algunos cambios porque también perdió en octavos Na Li, la vigente campeona, ante la yugoslava Shvedova una jugadora versátil que recupera su buena forma y Azarenka que empezaba el torneo como número uno se marchaba tras una derrota inexplicable. Llegados a este punto Maria Sharapova se situaba como la candidata más clara para ganar la final y lo hizo arrollando con un 6-3 y 6-2 a la italiana Sara Errani que ha hecho un torneo inmenso al llegar también a la final de dobles y es la sorpresa (una más) de esta edición. Sharapova da palmas con las orejas por partida triple: es número uno después de siete años, ha conseguido el único Gran Slam que le faltaba y deja atrás las graves lesiones para recuperar su potente juego. Durante los próximos días le lloverán elogios y sus críticos, que son muy carroñeros, estarán esperando a que cometa un error para decir que no está centrada en el tenis y que debería dejar de contonearse por las pasarelas. Pero lo cierto es que la rusa vuelve a estar en la cima, una gran noticia porque si algo necesita el tenis femenino es una jugadora con carácter y continuidad que sepa mantener el primer puesto más de dos semanas seguidas.

Maria Sharapova
Fuente: rolandgarros.com
 ¿Que conclusiones podemos sacar? No hay ninguna duda de que Nadal es el mejor en tierra batida pero pensar que los días de Djokovic en el número uno están contados es un gran error, la temporada 2011 le avala y a día de hoy es el favorito en las otras dos superficies. Por lo tanto hagamos como Rafa y seamos cautos.
En el circuito femenino tenemos nueva jefa pero ya sabemos que eso no suele durar mucho, en las próximas citas veremos un duelo interesante entre Sharapova y Azarenka que lucharan por hacerse con el control de esta inestable familia mafiosa que es la WTA.