Una de las noticias más sonadas en el mundo de la industria
audiovisual: The Walt Disney Company (Disney, Pixar, Marvel, ESPN, ABC –pero no
el periódico, chistaco) ha comprado la empresa Lucasfilm (Industrial Light and
Magic, Skywalker sound, LucasArts) por cerca de 4000 millones de dólares. Ya me
imagino yo a unos cuantos frotándose las manos con tal fruición que les va a
desaparecer la piel de sus apreciadas extremidades (superiores, se entiende).
Pero la noticia va un poco más allá. Disney ha anunciado una séptima entrega de
la –grandiosa- saga Star Wars. Aquí
ya uno empieza a mosquearse. Si George Lucas defecó un poquito sobre Indiana Jones y el –abominable- Reino de la Calavera de Cristal (un
poquito de cristal sí que se tuvo que tomar para trabajar en tamaña
monstruosidad), no puedo ni imaginar lo que ocurrirá con la saga que encumbró
a Lucasfilm a los altares del cine de ciencia ficción.
Por si esto fuera poco se habla de una tercera saga. Lo que
sumaríamos al episodio VII los VIII y IX. Vamos a ver, ¿qué necesidad hay?
(aparte de que cada vez que se menciona Star
Wars hay unos señores a los que se les aparece el símbolo del dólar en los
ojos). Los prescindibles episodios I y II ya tuvieron lo suyo, pero continuaron, de una
manera u otra, con la línea de la trilogía original (IV, V y VI). El episodio
III merece una mención aparte porque es, en mi opinión, la mejor de la última
trilogía realizada o, al menos, la más parecida a las películas de Leia, Luke y
Solo. Pero, siendo sincero, lo admito, iré al cine a verla. Solo espero que
los diez (DIEZ!!!) euros de la entrada merezcan la pena, que Lucas haya
aprendido de los errores del pasado –vuelta a Indiana Jones y a la segunda trilogía de Star Wars- y vuelva a hacer
la magia que tan bien se le daba en los ’70-’80.
Pero aparte de lo que nos pueda parecer otra prolongación de
la saga o una sobreexplotación del producto, no cabe duda de que esta compra va
a suponer un gran avance para las dos partes: por un lado, Lucasfilm va a entrar
dentro de un conglomerado de magnitudes incalculables, con todo lo que ello
supone: medios técnicos y humanos, promoción, una cierta seguridad en el éxito
del producto a nivel de taquilla… Y para Disney afianzarse aún más como la
primera empresa audiovisual del mundo. Y no nos preocupemos por que Disney
“infantilice” Star Wars –un pequeño
paréntesis, entre los innumerables títulos producidos o distribuidos por
cualquiera de las filiales de Disney encontramos joyas como Pulp Fiction, Kill Bill, Trainspotting
o la poco apta para mentes cándidas Saw. Cualquiera que conozca cómo funciona esa empresa va a ver que pondrá a
disposición de la saga los mejores profesionales que tengan en nómina. De hecho
ya se conoce un nombre para el guión del episodio VII: Michael Arndt, guionista
de En Llamas, la segunda parte de Los Juegos del Hambre, ganador de un
Oscar por la magnífica Pequeña Miss
Sunshine y nominado por la no menos genial Toy Story 3 (¿qué dices?¿que aún no la has visto? Corre a verla…).
Aún no se sabe quién va a hacerse cargo de la dirección pero suena con fuerza
el nombre de Brad Bird, habitual de Pixar y director de la maravillosa Ratatouille. Ya solo falta que de verdad
saquen una buena historia y no se carguen Star
Wars. A nadie le gusta ver a Chewbacca llorando. Lo que está claro es el
interés económico de Disney en todo esto, no solo en cuanto a los ingresos en
taquilla sino a los ingresos que van a recibir con los brazos abiertos por la
venta de productos con licencia, vamos, merchandising.
Ya han pasado unos añitos, pero se rumorea que Mark Hamill y Carrie Fisher aparecerán en la séptima entrega
En definitiva, que está claro que Disney ya no es el
ratoncito amigable por el que nadie daba un duro. Sería más bien un agujero
negro que va absorbiendo todo lo que huela a dinero. Pero, por favor, dejemos
los clásicos tranquilos porque así están bien. Y lo vuelvo a admitir, veré esa
película, pero está claro que, para bien o para mal, va a estar a años luz de
la trilogía original. Y, hablando de clásicos, Warner tiene en mente la segunda
parte de Casablanca (WTF??!!). Parece
ser que el guionista de una de las joyas del cine clásico dejó un manuscrito
(cada vez que pienso en esta palabra me imagino a un señor con una larga barba
blanca escribiendo en un pergamino… no viene a cuento pero ya hacía tiempo que
no se me iba la cabeza) con la continuación de la historia. Volviendo a Star Wars, como aparezca algún personaje
como el adefesio de Jar Jar Binks le vamos a poner dos velas negras al
responsable de tal delito. Avisado estás.